El pais
SUSCRÍBETE

Inicio

Artículo

Domingo de ramos y otros robos

Todo está documentado. Pero si ellas son invisibles cuando están vivas, solo basta suponer qué sucede con ellas después de muertas.

28 de marzo de 2021 Por: Jorge E. Rojas

Santamaría Fundación se llama así en homenaje a una chica transexual que en el 2005 murió víctima de esta ciudad que para el marketing sigue siendo cielo, pero que más bien resulta un infierno del tamaño de un clóset. Desde el 2005, entonces, se las arreglan para hacer un conteo de las muertes y las tragedias que las persiguen. Tienen por ejemplo organizada una red de búsqueda en los hospitales públicos: el ‘plan madrinas’, un voluntariado de la intensidad que consiste en rastrear información cada que reciben malas noticias sobre alguna compañera, lo que puede ocurrir más o menos con mucha constancia. Entre el 2005 y el 2017, sesenta y tres chicas transexuales fueron asesinadas en las calles de Cali, y hasta ahora casi todos los casos permanecen impunes. Sin las ‘madrinas’ seguramente que muchas de esas muertes no existirían.

Asistidas de urgencia, ya sea para remitirlas al hospital o a la morgue, las chicas transexuales suelen ser registradas según lo que cualquiera entienda en ese momento como su correspondencia de género anterior.
Historia patria. Ocurre con la Policía, con los cuerpos médicos, con los servicios funerarios: borran años de lucha como si fuera un simple error de digitación.

Durante todo este tiempo la Fundación ha sido una trinchera que se mantiene en defensa de los derechos de las chicas. Y tal vez es el único refugio legítimo que tienen. Allí las acompañan en lo que sea. Con trámites médicos, legales, emocionales. “Somos una familia social”, dice su director, Pedro Julio Pardo. Por esa razón es que entre todas se llaman hermanas, explica. Un árbol genealógico de ramas larguísimas y varias madres. Una madre es una hermana con más años de experiencia, con más sufrimiento quizás, con más sabiduría, que le da la mano a otra chica como soporte. Generalmente así funcionan las cosas: mientras su familia biológica les da la espalda, otros lazos de sangre las arropan.

No es postura. Es necesidad. O funcionan como manada, o las exterminan sin que nadie se dé cuenta. Sin que siquiera las cuenten. En otro tiempo Pedro Julio vio la persecución muy de cerca. La vio en compañeras que esposaron a la marrana de la Policía para luego arrastrarlas sobre el pavimento. Y en los ojos de otras chicas que llevaron a la estación de Policía del barrio La Flora, donde las amarraron desnudas a troncos de árboles perforados por nidos de hormigas. Hubo otras que entraron a la estación de Policía de Alfonso López, donde las colgaron y las azotaron a golpes de tabla. Y hubo otras que no volvieron.
Todo está documentado. Pero si ellas son invisibles cuando están vivas, solo basta suponer qué sucede con ellas después de muertas.

Y para colmo están los vivos que se aprovechan. Durante la primera administración Ospina, Santamaría Fundación fue invitada a participar en la elaboración del Plan de Desarrollo. Como resultado de ese trabajo, cuenta Pedro Julio, quedó dispuesto que la Alcaldía entregaría 600 cupos para que chicas transexuales entraran a cursar de manera gratuita, primaria y bachillerato en planteles educativos del Municipio.
La Administración formuló varios programas y planes de apoyo colateral para acompañar a profesores y alumnos. Eran básicamente planes de sensibilización. Todo quedó armado en un paquete presupuestal de doce mil millones de pesos que, después de dos ‘armonizaciones’, quedó reducido a cinco mil. En el diccionario nacional de los eufemismos públicos, ‘armonización’ traduce el proceso mediante el cual un recurso se ajusta según el plan de desarrollo. Lo que en la acepción cristiana, ya que estamos en Domingo de Ramos, significa otra de las mil formas que tienen de robar. Para resumir, al final los doce mil millones de pesos quedaron convertidos en cincuenta. Sí, está leyendo bien. Ese fue el presupuesto que ejecutó Santamaría, en una ‘caracterización demográfica’. En la Administración Guerrero, es decir, en la siguiente Alcaldía, fue proyectado un presupuesto de 130.000 millones para otra vez hacer los mismo: “Procesos de inclusión y formación de población trans” (adjunto cuadro presupuestal en las historias de @rojas_velasco). ¿Cómo es que dice el lema de ahora? ¿Puro Corazón por quién? ¿Por Cali?