Para sacar adelante a Cali…

Para sacar adelante a Cali hay que empezar por el principio: es preciso derrotar el narcotráfico en el Pacífico colombiano y rescatar a Buenaventura de manos de la delincuencia. Se hace énfasis en la doble calzada para llegar al puerto y en la profundización del canal de acceso para mejorar su competitividad, pero se olvida ofrecer oportunidades de desarrollo y mejor nivel de vida para medio millón de personas que viven en el municipio costero del Valle.Además debemos aprovechar el clima del valle geográfico del río Cauca, y apoyar las posibilidades que de ahí se derivan. Hoy las vidas en general son largas, y la proporción de gente vieja en la población total es importante. Por consiguiente, deberíamos pensar en comunidades grandes para personas de la cuarta edad del primer mundo. Tenemos el sitio ideal, donde pueden estar cómodos los usuarios a menor costo que en su país, y profesionales idóneos en ciencias de la salud: medicina, enfermería, fonoaudiología y sicología. Existe vocación de servicio y, aunque la escala de nuestra hotelería es modesta, los vallecaucanos son amables y abiertos a los inmigrantes.También urge diseñar estrategias para agregar más valor a nuestras cadenas productivas basadas en la producción de biomasa, que tienen ventajas naturales. Las industrias azucarera y papelera, así como el cultivo de frutales en escala industrial para transformar y exportar, deberían ser elemento central de la tarea. De igual forma, debemos comprometer a la Nación con el apoyo a los cinco clúster de gran potencial identificados por la Cámara de Comercio de Cali. Así evitamos invertir tiempo y energía en descubrir lo que está descubierto.La infraestructura física de Cali requiere importantes inversiones. La movilidad para los usuarios del transporte masivo es un suplicio. Sin embargo, es más importante impulsar la educación preescolar, básica y tecnológica. La calidad es deficiente en general, incluso en el contexto nacional, inadecuado para el mundo de hoy según las pruebas internacionales. La cultura también requiere impulso para construir identidad como comunidad más allá de la salsa; sin desconocer la virtud sensual del ritmo asincopado, es preciso aportar más elementos a nuestra diaria convivencia.Para que todo el plan funcione, hay que mejorar las instituciones públicas. El municipio hizo crisis con la reducción de nómina a la brava de Jhon Maro Rodríguez hace 14 años, y se hundió con el contrato de SiCali bajo Apolinar Salcedo. La actual administración encontró un cadáver e inició su resucitación, pero falta mucho y, más grave, la comunidad no lo sabe. Las elecciones municipales y departamentales de 2015 son importantes. Hay candidatos idóneos. ¿Estamos dispuestos a apoyar el cambio, o queremos politiquería y clientelismo para beneficio personal y pobreza general?