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La ciudad física

Cali era una ciudad bonita, amable y tranquila cuando comenzó el proceso de urbanización en la posguerra. Su población pasó de cien mil en el censo de 1938 a casi 300 mil en el de 1951.

2 de octubre de 2019 Por: Gustavo Moreno Montalvo

Cali era una ciudad bonita, amable y tranquila cuando comenzó el proceso de urbanización en la posguerra. Su población pasó de cien mil en el censo de 1938 a casi 300 mil en el de 1951. La presión sobre la infraestructura derivada de la migración masiva se abordó con acierto. Por supuesto la pobreza de la población que se trasladó de la Colombia rural a las ciudades creó nuevos retos y Cali los enfrentó en la medida de sus posibilidades. Incluso desarrolló los mejores servicios públicos del país a través de sus Empresas Municipales.

En los 60 redujo su vulnerabilidad a las inundaciones gracias a los jarillones que construyó CVC, entidad para la promoción del desarrollo integral de las cuencas vinculadas al Valle medio del río Cauca en los tres departamentos, Cauca, Valle y Caldas, con base en el modelo tomado de institución similar establecida en Estados Unidos para la cuenca del río Tennessee. Además el borde del río Cali se organizó para facilitar su disfrute y la ciudad se pobló de árboles.

Cali se volvió internacional con la presencia de compañías internacionales establecidas como respuesta a la política económica de protección a la producción nacional. Ello se reflejó en el apoyo de las fundaciones americanas a la incipiente Universidad del Valle.

La mentalidad de apertura y progreso se evidenció en la vida cotidiana. La mentalidad de progreso se expresó en la planeación de ciudad de finales de los 60 y principios de los 70, que permitió el crecimiento en relativo orden durante los 70 y 80; se cometieron errores señalados por algunos críticos en el uso excesivo del cemento y la hostilidad al peatón, cuya consecuencia práctica fue la pérdida sostenida de densidad del centro ampliado, entre el río y la Carrera 15 entre la Calle 5 y la 34, pero la mentalidad de optimismo en la convivencia se preservó hasta que el narcotráfico penetró las entrañas de la comunidad en los 80.

La tasa de homicidios, al igual que en Medellín, llegó a niveles insospechados, la administración pública se degradó y la ciudad física se deterioró de manera evidente hasta llegar a su situación actual, con serios problemas de movilidad, espacios públicos invadidos y ausencia de estética.

La ciudad física, conformada por los espacios habitados, es punto de partida para definir qué hacer para mejorar la calidad de vida de los habitantes: el ciclo incluye generar oportunidades de trabajo, subir el ingreso, aumentar el tiempo libre disponible y facilitar la recreación, e innovar para cambiar actividad económica hacia más valor agregado y poner en tela de juicio lo existente.

Es preciso retomar la pregunta por la ciudad que se puede construir para que sus habitantes sean más felices y tengan las oportunidades que el Siglo XXI ofrece, proceso que hace un año propuso la Sociedad de Mejoras Públicas y ahora impulsa ProPacífico, a partir de la revisión de sus espacios y la especificación de los ajustes requeridos para el aprovechamiento de sus ventajas comparativas. Hoy Cali abarca siete cuencas, cuando hace medio siglo todo ocurría en las inmediaciones del río Cali, y la tarea es más compleja, pero no ejecutarla sería muy grave.

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