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Estrategia para el Pacífico

Buenaventura debería ser el punto de partida de cualquier estrategia, y poner en práctica un plan de desarrollo acelerado para su cabecera, el segundo paso.

29 de julio de 2018 Por: Gustavo Moreno Montalvo

El clima de la Costa Pacífica de Colombia es hostil: es muy lluviosa, y está cubierta por una selva densa, con mucha biodiversidad, que debe ser preservada por su importancia en la batalla contra la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera. Casi toda la población actual es afrodescendiente, porque el contexto era apropiado para los cimarrones, fugados en busca de libertad. Buenaventura y Tumaco son sitios distintos, ambos propicios para el desarrollo, el segundo como eje de agroindustria y el primero como punto de integración de Colombia con la cuenca del Pacífico.

Casi todos los municipios tienen necesidades básicas insatisfechas superiores a 60 puntos sobre 100 (el promedio nacional es inferior a 20 puntos). La pobreza prevalente refleja el escaso nivel de desarrollo. Además la región está azotada por la guerra de la coca, en la cual son importantes 80 de los más de 240 municipios del país donde las Farc administraban justicia, y por la actividad minera al margen de la ley. Es punto de entrada de armas y de exportación del alcaloide. La población total de la región es un poco mayor de un millón de personas, de las cuales casi la mitad está en Buenaventura, donde la proporción en tránsito, en huida de la violencia y con expectativa de radicarse en Bogotá o Cali, es del orden de veinte por ciento, en razón de que los gobiernos han tenido poco interés en la región. La administración de Juan Manuel Santos firmó acuerdos con las Farc pero no ocupó los espacios que la organización guerrillera dejó vacantes, y los carteles mexicanos, dueños de la cadena de valor de la coca, han actuado donde les interesa.

Las necesidades básicas insatisfechas en Buenaventura son inferiores a 40%. En unos años estará vinculada con el interior por una carretera de doble calzada. Es el puerto con mayor volumen de tráfico marítimo fuera de los puertos para carbón y petróleo, y el segundo en valor. La falta de oportunidades ha movido a la población a expresar inconformidad con paros cívicos legitimados por su tamaño y la seriedad de su conducción. Establecer el monopolio del poder coercitivo del Estado en Buenaventura debería ser el punto de partida de cualquier estrategia, y poner en práctica un plan de desarrollo acelerado para su cabecera, el segundo paso.

Se debe promover la oportunidad para la inversión internacional en industria para importar productos semiprocesados y reexportarlos a EE.UU. con valor agregado nacional de al menos 35%, bajo el Tratado de Libre Comercio y con los beneficios de la ley de Zonas Económicas Especiales, que desde hace 20 años permite flexibilidad laboral. Además se debe emprender el esfuerzo educativo necesario para integrar la comunidad al Siglo XXI y al tiempo preservar los valores culturales propios de la región. También es preciso rediseñar la ciudad con orientación portuaria, para lo cual es natural hacer un desdoblamiento de la urbe en la península de Aguadulce. El plan sería la aventura más importante de iniciativa pública en nuestra historia, y se pagaría con creces como consecuencia del cambio cualitativo que impactaría a toda la región. ¿Qué dice el Presidente?