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¿Guadaña?

Si algo les produce a los políticos un placer semejante al que...

22 de junio de 2014 Por: Gustavo Gómez Córdoba

Si algo les produce a los políticos un placer semejante al que les da el poder, es que la prensa los reverencie. Desde que el mundo es mundo -y ya iban de la mano las dos actividades más antiguas de la humanidad, política y prostitución—, a los políticos les priva que los periodistas alaben su gestión. Alguna vez me contaron la historia de un hombre público que medía la efectividad de sus asesores de comunicaciones. No, a la frase no le falta nada: es que el caballero medía, regla en mano, el espacio en centímetros que lograban conseguirle en los periódicos sus empleados. Los periodistas en ejercicio tienen diario contacto con asesores tan sufridos como los de esta historia y con otros que, en medio de cierta holgura, cumplen su deber. Deber que, aclarémoslo, no es periodismo. Los jefes de prensa no son periodistas en ejercicio. Pueden ser gente correcta y talentosa, pero el periodismo es otra cosa. El periodismo no es contar lo que se puede contar; el periodismo es contar.Las redes sociales, sensibles a lo que pasa en la vida real, registran por estos días ciertas referencias a lo que muchos consideran casos de censura. Uno muy sonado, la salida de Hassan Nassar de Cablenoticias, donde conducía un programa del que otros colegas han escrito cosas como esta: “Su estilo directo y sus preguntas atinadas ayudaron a que el programa ganase un espacio importante y hoy 360 Grados es un referente de opinión.” (Semana, 25/05/14).Nassar, que había conducido un interesante debate al que no asistió Santos, dejó el programa dando explicaciones muy parcas (vía Twitter y en La W). Lo que la gente entendió: su salida se debió a la molestia en palacio sobre su actitud crítica (¿en Twitter?), de la que había tomado nota Alberto Ravell, propietario del canal. El mismo día en que Nassar habló por La W, una periodista de esa casa, Camila Zuluaga, trinó: “Tan bonitos Juan Manuel Santos y la canciller María Ángela Holguín, quejándose ante los directivos de un canal por lo que dice un periodista. En Venezuela, Ravell se queja del trato del gobierno a la prensa, pero en Colombia sí le reclama a los periodistas por su Twitter”. De Ravell me dijo otro colega: “No necesita que lo llamen de presidencia para pedirle la cabeza de un periodista que incomoda; hace la tarea antes”. Álvaro García, que duró menos de 24 horas al frente de los informativos de Cablenoticias, fue más generoso: “No tengo queja de Ravell, pero personas cercanas al canal generaron un entorno poco propicio para hacer periodismo libre de presiones”.¿Llamó alguien del gobierno a quejarse de Nassar? ¿Santos pediría a dueños de medios la cabeza de periodistas poco afectos a la adulación? ¿Tiene Santos un encargado de ‘alinear’ a los directores de periódicos, emisoras y noticieros? ¿Hay Salomé, Herodías y Bautista en esta historia? No tengo respuestas.Confío en que Santos no se deje tentar, a estas alturas de su vida pública, por prácticas que no le sientan. Mal haría un presidente que se precia de haber “nacido” en un periódico en alentar despidos de quienes, desde los medios, se muestran desinteresados en el besamanos y se mantienen firmes en un postulado básico del oficio: los periodistas están para cubrir al poder, no para dejarse arropar por él.Ultimátum: El alto oficial de la Policía que aprovecha cualquier coyuntura para enredar a coroneles y generales que no han hecho otra cosa que servir al país, debe saber que, tarde o temprano, todo caníbal termina siendo devorado por otros miembros de la tribu.@gusgomez1701