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El Santos emocional

Quizá Uribe no confió en Pachito Santos como candidato presidencial porque sus...

7 de diciembre de 2013 Por: Gustavo Duncan

Quizá Uribe no confió en Pachito Santos como candidato presidencial porque sus salidas imprevistas presagiaban una ficha inmanejable. Si su primo Juan Manuel fue un traidor por el más frío cálculo político, Pachito iba a ser un traidor por pura incapacidad de contener sus emociones.Afortunadamente las salidas impulsivas de Pachito nos brindaron un interesante testimonio sobre cómo es la política en Colombia. A pesar de cumplir el mes de silencio que se autoimpuso, la humillación y el resentimiento por la forma como fue despojado de la candidatura del Centro Democrático eran una carga emocional muy fuerte. Para desahogarse, y de seguro para sacarse varios clavos, Pachito admitió a María Isabel Rueda muchas de las prácticas que todos los políticos utilizan pero nunca están dispuestos a admitir.Las confesiones fueron ni más ni menos que el uribismo está plagado de politiquería, que Uribe toma decisiones aconsejado por politiqueros que le lavan el cerebro y que el candidato elegido es genéticamente incapaz de ser carismático. Y a pesar de toda la andanada contra su partido Pachito insiste en presentarse como un soldado fiel a la causa. Él es un uribista de corazón.El daño causado a Uribe y al Centro Democrático fue enorme, aunque no irreparable como suele suceder en nuestra política. Los uribistas sabiamente escogieron no responder a las provocaciones. El mejor antídoto para sus declaraciones es dejar que el tiempo pase y la opinión olvide esta nueva salida de casillas. Las cuentas de cobro vendrán cuando Pachito sea candidato a algún cargo por el Centro Democrático y necesite los votos de la politiquería. Entonces los Fabio Valencia y los Joselito Guerra tendrán la oportunidad de restregarle en cara sus desplantes.En el fondo la última pataleta de Pachito es el resultado de su incapacidad de contener sus emociones públicamente cuando los resultados políticos son adversos, algo que todos los políticos deben aprender desde el día cero de sus carrera. La razón para que aprendan de contención emocional es porque en la democracia los enemigos del día de hoy son los aliados del mañana. Hay que saber pelear de modo que las diferencias no impidan en el futuro trabajar conjuntamente para lograr mayorías electorales.Es curioso que el propio Pachito reconozca esta realidad pero no la aplique. En la misma entrevista a María Isabel Rueda invita a Germán Vargas a que traicione a su primo Juan Manuel Santos. Le dice que no se preocupe: “Si traiciona al presidente Santos, serían dos meses de controversia y luego él arranca y recoge una parte importante del uribismo”. Hasta ve a Uribe apoyándolo: “Pues si Uribe se volvió amigo de Fabio Valencia, luego de que casi se van a los puños después de unas elecciones, no descarto ese escenario”.Pachito reconoce así que la traición es la moneda corriente del juego democrático y que no implica que no se pueda trabajar con los contrincantes luego que las nominaciones son definidas. No solo auspicia que Vargas Lleras traicione al presidente Santos sino que también desprecia a Óscar Iván Zuluaga, el candidato de su propio partido, y se pasa por la faja a Uribe con quien Vargas Lleras mantiene profundas diferencias personales.Después de semejante despachada uno se pregunta si alguien puede sentirse cómodo haciendo política con Pachito, un inestable emocional. De seguro Uribe no lo estaba.