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Los estudios muestran que el estrés y la desesperanza pueden afectar de modo significativo la salud, sobre todo la cardíaca.

3 de febrero de 2019 Por: Gonzalo Gallo

Hace años el científico Karl Pearson hizo un hallazgo al observar lápidas en los cementerios: muchos cónyuges fallecían un año después del otro.

Los estudios muestran que el estrés y la desesperanza pueden afectar de modo significativo la salud, sobre todo la cardíaca.

Un ejemplo es el síndrome de corazón roto ante la muerte de una pareja o de un ser muy amado.

También las preocupaciones financieras o un serio evento emocional que debilitan el corazón con síntomas similares a los de un infarto.

El vínculo entre las emociones y el corazón se trata en el libro ‘Heart: a history’ (El corazón: una historia) del doctor SandeepJauhar.

El cardiólogo se enfoca en los factores emocionales que pueden tener influencia en el desarrollo de padecimientos cardíacos.

Eventos duros como vivir en la pobreza, el estrés laboral o relaciones amorosas y familiares infelices.

¿Conclusión? Está muy atento y sé consciente de la conexión entre tu corazón emocional y tu corazón biológico.

El abuelo de Jauhar murió de infarto a los 57 años tras toparse con una cobra negra en India.

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