El pais
SUSCRÍBETE

Oasis

No siempre el orgullo es venenoso, puede ser un poderoso motor para inspirar e incentivar.

16 de agosto de 2018 Por: Gonzalo Gallo

No siempre el orgullo es venenoso, puede ser un poderoso motor para inspirar e incentivar.

Y eso lo reconoció un famoso jugador de baloncesto cuando dijo: “años después, aún recuerdo algo con emoción.

Era solo un principiante en las ligas mayores de EE.UU. y un día el coach me llamó aparte en el camerino y me dijo:

“Estoy orgulloso de ti porque te entregaste del todo, te felicito. No ganamos, pero jugaste muy bien.

Esas lindas palabras, dichas con amor y sinceridad, me insuflaron una energía que me acompaña siempre”.

Estupendo ejemplo. Como padre de familia, educador o buen amigo, haces milagros al decir: “Estoy orgulloso de ti” o “te felicito”.

Hay un orgullo sano que nos motiva cuando reconocemos los valores propios y ajenos y animamos a otros a mejorar.

Piénsalo y no escatimes un elogio sincero. No alcanzas a imaginar el gran alcance del estímulo amoroso.

AHORA EN Gonzalo Gallo