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Un pesebre simplemente es un recordatorio del amor de Yeshua, de María y de José; es un modo de vivenciar mejor la fe unido al novenario.
En la Nochebuena de 1223 los vecinos de Greccio, un pueblecito de Italia, se reunieron para representar el nacimiento de Jesucristo.
Según Tomás de Celano, contemporáneo y biógrafo de San Francisco de Asís, fue el buen santo quien tuvo esa idea:
“Quiero presenciar la humildad de Jesús y verle recostado en el pesebre entre el buey y el asno”, le dijo a un amigo.
Desde entonces el pesebre acompaña las fiestas navideñas y lo importante es que nos convoque a ser amorosos, humildes y generosos.
Entre los evangélicos toda imagen se ve como mala sin que sea verdad como se ve en la misma Biblia en la que se ordena hacer imágenes: Levítico 25,18.
Nada de malo tiene una imagen que es solo un recuerdo y una ayuda visual para la fe. Pero hay quienes ven al diablo en todo.
Un pesebre simplemente es un recordatorio del amor de Yeshua, de María y de José; es un modo de vivenciar mejor la fe unido al novenario.
Ojalá lo hagas y eso te ayude a ser más espiritual, la novena une a las personas entre sí y con Dios, y los villancicos inspiran y alegran.