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De un tiempo para acá quien quiere que lo que dice sea bien acogido emplea las palabras científico, cuántico y espiritual.

13 de julio de 2020 Por: Gonzalo Gallo

De un tiempo para acá quien quiere que lo que dice sea bien acogido emplea las palabras científico, cuántico y espiritual.

No pone las pruebas de que así es, pero sabe que en general las personas digieren lo que se les diga sin verificar.

Si además de eso tiene en casa un certificado de que es coach, el camino está abierto para confundir incautos que sobran.

El negocio de graduar personas es súper rentable y ningún gobierno controla contenidos ni tiempo express para formar.

Por lo mismo, así como hay casos serios, abundan aquellos en los que cualquiera es coach sin estar bien preparado.

Además se usan los términos más llamativos: coach espiritual, coach del ser, coach metafísico, coach ontológico, etc.

Todo es supuestamente espiritual, científico o cuántico y los costos de los talleres son altos, pero la gente paga sin chistar.

Un censo sobre cuántos coach hay en Colombia mostraría que, con escaso tiempo de estudio, superan a otros serios profesionales. Es un virus creciente sin corona, pero con certificación.

Sigue en Instagram @Gonzalogallog

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