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Es curiosa la historia sobre cómo la herradura se convirtió en un símbolo de buena suerte.

8 de julio de 2020 Por: Gonzalo Gallo

Es curiosa la historia sobre cómo la herradura se convirtió en un símbolo de buena suerte.

Griegos y romanos apreciaban la herradura, por su forma de media luna y la capacidad de atracción como imán al hierro.

Se consideraba mágica, los cristianos europeos se adueñaron de esta superstición y atribuyeron su origen a una leyenda.

Se relacionó con San Dunstan de Canterbury, un monje y arzobispo inglés estudioso de la metalurgia.

Según la leyenda le colocó herraduras al diablo y no se las quitó hasta que el diablo le prometió algo.

Se cree que Satanás juró que nunca se acercaría a alguien que tuviese una herradura consigo.

Es interesante constatar cómo los humanos creen en tantas tonterías pero no creen así en Dios ni en sí mismos.

La expresión ‘creo en Dios’ tantas veces es solo eso, un decir, porque la vida que se lleva contradice lo que se afirma.

Sigue en Instagram @Gonzalogallog

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