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Nueve meses

Como muy bien lo dice Álvarez Gardeazábal, ya pasaron 9 meses y utilizando la metáfora del embarazo, deberíamos estar próximos a ver la criatura. Pero nada.

13 de mayo de 2019 Por: Gloria H.

Como muy bien lo dice Álvarez Gardeazábal, ya pasaron 9 meses y utilizando la metáfora del embarazo, deberíamos estar próximos a ver la criatura. Pero nada. Solo “no se gestó una nueva Colombia sino una serie de fracasos”, en muchos ámbitos. Economía, Congreso, Líderes Sociales, proceso de paz. Lo preocupante es la ausencia de liderazgo, la falta de un organizador del país. Esa sensación de que ‘muchos mandan’, muchos dan las directrices, que Venezuela es más importante que el Cauca o lo peor, que pareciera que el gobierno, llámese Presidente o Vicepresidenta, por ejemplo, remen a favor de la supresión de visas porque no lo consideran un chantaje sino una manera de que EE.UU. les ayude en sus propósitos, es esta sensación de un parto fallido, una criatura monstruosa, una Colombia fragmentada, a la deriva, lo que se percibe en la realidad. ¿Para dónde vamos? A Duque se lo siente cumpliendo la tarea pero no creyendo en el papel que le tocó representar. Le quedó grande, lo que no significa que no le interesen otros asuntos por los que definitivamente si resuena.

Por los que sí se pone la camiseta, no le quede la menor duda. Hasta se lo ve feliz, realizado. El viaje a Silicon Valley fue apoteósico. Eso es lo que a él le gusta. Por lo que vibra. Emprendimiento, Economía Naranja, son las pasiones del Presidente. ¡Qué bien! Hay que aplaudirlo. Después de haber trabajado tantos años en EE.UU. sin hacer política en Colombia, su mentalidad está más enfocada hacia ello, definitivamente. Pero al querer ser presidente tenía que untarse de todas las ‘harteras’ de la política colombiana para lo cual él no tuvo adiestramiento. Hace los Cabildos populares (cumple la tarea) pero no es ‘lo suyo’. Vibra por las nuevas ideas, la tecnología, el emprendimiento. Quiere conectar a Colombia con todo ello, olvidando -de pronto- que existen lugares en este país donde los habitantes cambiarían internet (que ni siquiera conocen) por agua potable. O por energía. O por poder mandar sus hijos a la escuela sin que corran peligro y que al llegar a esta, encuentren un maestro presto a guiarlos. O una Colombia que quisiera que no le asesinaran a sus líderes. Una Colombia donde no sea una vergüenza pedir perdón de parte de un Ministro o una institución religiosa.

Pero esta es la Colombia que le tocó gobernar a Duque aunque pareciera que él sueña con una pequeña Silicon Valley criolla. Qué rico que impulse y jalone hacia ese objetivo Emprendimiento y Economía Naranja, pero no puede olvidar las ‘atrasadas’ realidades nuestras. Hubiera sido un muy buen Ministro de las TIC enamorado del tema, mientras una persona a la cual ‘le cupieran’ todas las necesidades, angustias, sueños y expectativas del país, acomodara el rumbo. Alguien con más experiencia en necesidades ‘pueblerinas’. Claro, aprenderá y es posible que en tres años más, sepa para donde va y hayamos contribuido a desarrollar ‘sus pasiones’. Mientras tanto, ¿dónde está el Presidente?

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PD. En la vida de los seres humanos siempre existen uno o varios maestros inolvidables. El agradecimiento, desde el corazón, es el mejor homenaje que se les puede brindar por su misión. Somos lo que somos gracias a ellos. No está de más tenerlo en cuenta, ahora que más de un colombiano respira desprecio hacia sus educadores.

Sigue en Twitter @revolturas

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