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El ‘loco’ de tu vecino

Cuando sucede una de esas matanzas a las que ojalá nunca nos...

26 de julio de 2016 Por: Gloria H.

Cuando sucede una de esas matanzas a las que ojalá nunca nos habituemos, los periodistas indagan en el vecindario de los asesinos para ver si existe algún indicio que pudiera deducir su conducta patológica. Cómo son, saludan, se relacionan, sacan la basura, qué clase de música escuchan, tienen mascotas. Situaciones cotidianas que los inscriban en la normalidad o marquen, desde siempre, su ‘rara’ conducta. Es una manera de intentar explicar si estas actuaciones son predecibles o si se presentan de ‘buenas a primeras’, lo que generaría una gran angustia. ¿Cualquiera de la noche a la mañana se puede volver asesino? ¿Cualquiera ‘normalito’ puede cambiar abruptamente, empuñar un revolver y empezar a disparar? ¿Qué es la locura? ¿Qué es la normalidad? Los textos de psiquiatría pueden tener definiciones exactas sobre la conducta pero es obvio (la vida lo demuestra) que es muy difícil hacer precisiones rigurosas sobre la conducta humana. Entran en juego tantos pero tantos factores, que por mas que se quiere, algún ítem ‘escapa’ del perfil de enfermo o sano y por allí se ‘cuela’ el comportamiento inesperado. Hacer deducciones después del hecho, relativamente es fácil y coherente. Claro, se puede explicar su conducta enfermiza con miles de razones… Pero lo paradójico es que esas mismas características que crecen y ‘aclaran’ el hecho delictivo, no necesariamente desembocan en hecho delictivo. Un gran número de personas pueden tener características de vida y personalidad semejantes a los asesinos pero su conducta en la vida cotidiana no es peligrosa. Como a la vez, muchos ‘normales’ pueden ser una bomba de tiempo y ser mas peligrosos que el asesino sangre fría.¿Qué dispara una conducta ‘normal’ para volverla patológica? Imposible predecirlo. La incertidumbre es una palabra y un concepto que aterroriza a la condición humana. No poder conocer lo que va a suceder, estar sujetos al devenir, al destino, a la suerte, a Dios, a lo que corresponde, genera niveles de angustia insospechados. Pero, es la incertidumbre la que maneja nuestras vidas. No podemos tener certezas de nada aunque mas de uno daría lo que fuera por tener seguridades. Ni siquiera en salud mental. “De las aguas mansas líbrame señor” dice el adagio popular lo que en términos de salud mental es muy acertado. Porque quien se ‘adapta’ totalmente a lo que la sociedad espera de él, quien se acomoda y camufla excesivamente en la ‘normalidad’ puede convertirse en una bomba de tiempo. Como también el que vive al margen de la norma, quien transgrede lo establecido, puede ser un candidato a conductas delictivas. ¿Cómo saberlo?En el fondo de todo existe una reflexión mucho mas profunda. ¡Es la condición humana! Parece que se nos embolatara el sentido de la vida. ¿Para qué nacemos? No podemos vivir en una sociedad perfecta como tampoco podemos derrotar la muerte. La imperfección, el aprendizaje y la finitud son constantes del existir. Distraídos en el mundo material, acumulando dinero y poder, marcando fronteras, creyendo que existen razas o colores superiores y otros inferiores, no hemos enfocado el existir en lo que verdaderamente importa. La filosofía lo dice en todos los idiomas. Pero nunca es tarde. Y la vida siempre 'habla' donde mas nos duele. Que es lo que más enseña…Sigue en Twitter @revolturas

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