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Supe, por mi amigo Jairo Gálvez, que en Japón se está haciendo...

27 de febrero de 2012 Por: Germán Patiño

Supe, por mi amigo Jairo Gálvez, que en Japón se está haciendo un experimento piloto cambiando radicalmente los currículos de la formación básica o primaria, que lleva por nombre ‘Cambio Valiente’ o fudoji no henk.Se fundamenta en cuatro principios: cero nacionalismos; nada de materias de relleno; y cero tareas. Sólo cuenta con cinco materias educativas: 1) Aritmética de negocios; 2) Lectura; 3) Computación; 4) Civismo; y 5) Lenguas y culturas.La idea es que la educación básica debe preparar a los niños para desempeñarse en el mundo contemporáneo, conociendo bien lo que es básico. De allí que lo que cuenten son las operaciones matemáticas esenciales, aquellas que permiten hacer la contabilidad de cualquier emprendimiento. La capacidad para leer y entender los textos escritos. Las habilidades en el uso de las nuevas tecnologías. La comprensión básica de la ley y las reglas de convivencia pacífica. Y la tolerancia hacia las culturas ajenas.A estos niños no se les enseña nada sobre el himno y la bandera japonesa, ni tampoco la mitología que acompaña a la historia patria. La idea es que los japoneses no se sientan superiores a ningún otro pueblo. Ellos jamás cantarán el ‘Deutschland über alles’ como lo hacían los alemanes en las épocas de Hitler, o aun ahora, en los campeonatos mundiales de fútbol. Sienten que es inútil el conocimiento de matemáticas avanzadas y que lo que se necesita es aprender a sumar, restar, multiplicar y dividir bien, y además hacer un uso eficiente de la calculadora. Los que quieran avanzar en el conocimiento de las ciencias siempre podrán hacer aquello en etapas posteriores del sistema educativo, cuando ya tengan conciencia de lo que quieren hacer en la vida.Comienzan por leer un texto de una página y redactar un resumen, hasta llegar a leer un libro por semana, con la elaboración del respectivo resumen. Aprender a leer y escribir bien es el conocimiento más preciado de este ciclo educativo.Estudian cuatro lenguas: japonesa, china, inglesa y árabe, que se complementa con viajes de verano a los principales países donde se hablan aquellos idiomas.Y se hace énfasis en las reglas de cultura ciudadana, disposiciones relacionadas con los buenos comportamientos, reglas de tránsito y todo aquello que conduzca a una convivencia pacífica entre individuos.También se vuelven expertos en el uso de internet, redes sociales, bases de datos y sistemas de cómputo.Nada más, pero tampoco nada menos. ¿Dará resultado?Aún es temprano para saberlo, pero debemos estar atentos a estos experimentos educativos, mientras nos atenemos a lo que ya está probado. Pero aquí no hacemos ni siquiera lo último.Por ejemplo, el mejor sistema educativo del mundo es el finlandés, en el que la educación primaria se basa en la mejor educación inicial pública para los niños entre los 1 y 5 años de edad. Pero podemos decir que en Colombia simplemente no existe la educación inicial pública. O existe tan sólo para unos pocos privilegiados.Así que el experimento japonés sonará exótico, cuando ni siquiera hemos sido capaces de imitar aquello que ha resultado exitoso. Nos contentamos con imitar lo malo: la educación universitaria privada de Chile, o la mala educación pública estadounidense.Por eso estamos como estamos.