El pais
SUSCRÍBETE

Inicio

Artículo

Opinión

El busto de Petion

El primero de septiembre de 2008 escribí una columna sobre Alexander Petion...

16 de septiembre de 2013 Por: Germán Patiño

El primero de septiembre de 2008 escribí una columna sobre Alexander Petion, en la que terminaba diciendo: “Petion, como el conflicto armado, no existe. Runnel y sus negros libertadores, tampoco. Por Dios, pongamos una estatua de Petion en el Paseo Bolívar, para que la gente sepa todo lo que les debemos a los negros”.Ayer, a las once de la mañana, ese sueño se hizo realidad, en una pequeña y emotiva ceremonia encabezada por el vicepresidente Angelino Garzón y el alcalde Rodrigo Guerrero. Ambos expresaron su satisfacción con la obra erigida en sentidas y emocionadas palabras. También lo hicieron así los alcaldes y alcaldesas de varias poblaciones de Haití, que asistieron a la ceremonia aprovechando su presencia en la III Cumbre Mundial de Gobernantes Africanos y Afrodescendientes.No podía existir mejor ocasión para este acto simbólico de reparación. Valió la pena esperar cinco años, de una iniciativa que, en su momento, tan sólo pareció despertar ironías. Digo pareció, porque algunas personas le prestaron atención y fueron capaces de convertirla en realidad. En su orden, Jorge Gamboa, asesor del concejal Fabio Arroyave, el propio concejal Arroyave, la organización Chao Racismo, al alcalde Guerrero, la secretaria de Cultura María Elena Quiñonez y el escultor caleño Cristian Oviedo.El busto, que está construido en fibra de vidrio, fue revestido en resina de poliéster. Está ubicado sobre un pedestal de dos metros y medio de alto, que cuenta con una placa que repite las palabras de Simón Bolívar sobre al gran afrohaitiano: “El primer bienhechor de la Tierra, a quien un día la América proclamará su libertador”. Ahora todos los caleños podrán observarlo y recordar el aporte de los negros a nuestro proceso de Independencia, un tema que ha sido omitido en los estudios de nuestros historiadores por razones políticas y de discriminación social.Pero hay que dar nuevos pasos, como consecuencia de este acto de reparación, tanto a nivel nacional como regional. El primero, restablecer las relaciones diplomáticas con Haití, en mala hora suspendidas aduciendo falsas motivaciones de austeridad. El segundo, profundizar en el estudio de las participación afrodescendiente en nuestro proceso de Independencia. En particular en la batalla de San Juanito, la más importante de nuestro proceso en el Valle del Cauca, pues con ella se logró la derrota definitiva de los españoles. Pero, claro, como en ella fue decisivo el ejército de negros comandado por el irlandés Juan Runnel, a los malos historiadores les produce escozor abordar este acontecimiento.Con la erección del busto en homenaje a Petion, Cali se convierte en la primera ciudad de Colombia en hacer este reconocimiento reparador e incluyente. La verdad es que Colombia debiera estar llena de estatuas de Petion, si nos atenemos a los hechos y a las palabras de Simón Bolívar. Pero no es así. Y resulta un privilegio para Cali y sus autoridades que se hayan atrevido a dar ese paso.Por ahora disfrutémoslo y que los profesores de sociales lleven a los niños y niñas a pasear por el Bulevar del Río para que contemplen la imagen de este libertador negro y recuerden su contribución a nuestra Independencia.Teníamos el Paseo de Bolívar, ahora también tendremos, al lado, el Paseo de Petion. Bien por Cali.