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Una lucha por la vida

En Cali prácticamente hay una marcha todos los días. Marchan los profesores...

23 de junio de 2011 Por: Gerardo Quintero

En Cali prácticamente hay una marcha todos los días. Marchan los profesores con su morral de peticiones, marchan los del sindicato de Emcali exigiendo en sus consignas que no vendan Telecomunicaciones, caminan los transportadores, protestan estudiantes... Pero ninguna marcha más triste y dolorosa que la del martes pasado cuando centenares de madres, con sus pequeños enfermos de cáncer, salieron a pedir algo increíble: “No nos rechacen por tener cáncer. No tenemos la culpa, quiero que nos amen como somos”.Con sus fuerzas disminuidas, madres coraje y niños valientes salieron a las calles para exigir de las EPS un mejor trato. Por lo menos un acompañamiento digno, en medio de la tragedia que significa para cualquier familia tener que afrontar esta enfermedad en uno de sus pequeños.“Que no se mueran nuestros niños por falta de atención en las EPS”, rezaba una de las pancartas desplegadas. Otra más allá, portada por la señora Carmen, era sencillamente demoledora: “Si sus derechos se hubieran cumplido, mi hijo aún estaría conmigo”.En Cali se estima que hay cerca de 500 niños que padecen esta penosa enfermedad y, en la mayoría de los casos, sus parientes tienen que acudir a las acciones de tutela para poder hacer valer sus derechos a la salud.Aquí nos preocupamos mucho por la seguridad, por los problemas del MÍO, planteamos eternos debates por la Ley Zanahoria y qué poco nos sensibilizamos con nuestros niños y más con estos pequeños sometidos a lo que digan esos ‘chupasangre’ en que se han convertido la mayoría de EPS.Como dice María Fernanda Portela, una verdadera luchadora, directora de la Fundación Portela, los pequeños con cáncer parecen no existir, no se habla de ellos, nunca se conmemora el Día de los Niños con Cáncer. Es una enfermedad que nadie quiere enfrentar y cuando sucede, la familia queda paralizada y parece que las EPS también porque se olvidan de ese paciente. Es lamentable que todavía se sigan muriendo niños por la demora en los trámites de aprobación de exámenes médicos o que no existan en las clínicas y hospitales centros de atención integral especializada. Pero es más doloroso aún que las EPS sostengan que no tienen conocimiento de que la Ley 1388 del 2010 fue expedida para garantizar la atención expedita de los niños que padecen esta enfermedad y que los padres de familia tampoco la conozcan. Es hora de ser solidarios y las EPS no pueden seguir escudándose en un ‘supuesto’ desconocimiento de la ley para dejar morir sin consideración vidas que apenas despuntan en medio del dolor.

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