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Traficando miseria

Si Cali no tiene una política de seguridad municipal que trascienda a...

30 de mayo de 2013 Por: Gerardo Quintero

Si Cali no tiene una política de seguridad municipal que trascienda a cada Administración, menos podemos esperar que contemos con un proyecto para enfrentar la deprimente ola de invasiones que se reproducen en las zonas altas de la ciudad y en las orillas del río Cauca. El panorama es desolador: se estima que hay 92 asentamientos subnormales, habitados por más de cien mil personas. Ninguna ciudad, con propósitos reales de convertirse en un polo de desarrollo, puede soportar esa galopante realidad.Sí, hay que reconocer que el Estado ha hecho algunas reubicaciones, más por el peligro que esos asentamientos pueden generar para el resto de la población (como en el caso del jarillón del río Cauca) que por una política que pretenda superar esta problemática.Y es allí donde se debería trabajar, porque nada gana la ciudad haciendo constantes reubicaciones de terrenos que luego, como en una banda sinfín, vuelven a ser invadidos. Esos desvencijados cambuches que se apiñan en zonas marginales de la ciudad son un barril de pólvora, en una ciudad que no alcanza a proporcionar los servicios básicos a una población carente de recursos, educación y oportunidades.La miseria duele y allá más. Lo peor es que no existe ni ha existido en la ciudad ninguna política coherente que logre evitar esos asentamientos subnormales. Incluso, muchos de ellos han sido auspiciados por los politiqueros de turno que ven en esa explotación humana la oportunidad de cosechar votos. Ningún concejal, congresista, candidato a la Alcaldía y demás ha propuesto nada serio, que por lo menos abra el debate sobre qué hacer con el tema de las invasiones, pero eso sí, todos van a buscar esos votos a costa de la miseria.Aspiramos a convertirnos en la capital de los negocios del Pacífico, mientras en la periferia los traficantes de lotes venden ilusiones repletas de miseria y necesidades. ¿Dónde está el gran debate ciudadano sobre qué hacer y, sobre todo, cómo evitar futuras invasiones en Cali? Lo que hay que buscar son las raíces de ese desplazamiento, atacar el problema antes de que ese campesino del Pacífico o caucano llegue a asentarse en territorios de miedo y hambre. Pero al final, esto parece que a nadie le interesa, allá hay unos votos que se pueden cambiar por el bulto de cemento y un mercado, que sigan entonces creciendo esas invasiones, que siga esa miseria que se convierte en la verdadera herida abierta de la ciudad.

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