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No más largas al jarillón

No faltaba sino que la caprichosa naturaleza sorprendiera en estas fechas con...

26 de enero de 2017 Por: Gerardo Quintero

No faltaba sino que la caprichosa naturaleza sorprendiera en estas fechas con una inclemente ola invernal para que los caleños se convencieran de que la tragedia del jarillón en el río Cauca, al oriente de la ciudad, puede tornarse en una realidad.Lo sucedido el pasado fin de semana, con más de 900 familias asentadas a orillas del gran afluente, literalmente, con el agua al cuello, sirvió (desafortunadamente) para recordarnos que esto es de verdad, que aquí los organismos de socorro no están en un plan de exagerar o de ayudar a la alcaldía a ‘expulsar’ a unas personas que llevan décadas viviendo allí sin aparente riesgo.Y es que desde hace varios años sabemos las debilidades de un jarillón que ha sido utilizado de manera irregular para construir verdaderas casas de campo encima de un terreno deleznable, carcomido por el peso, las basuras, caballerizas, marraneras y la hormiga arriera que ha ido debilitando la estructura de este contenedor del gran río.Mucha gente cree que es falso eso de que si se produce un rompimiento del jarillón el agua del río Cauca podría incluso llegar hasta la Calle 25 con Carrera Octava. No les vale que expertos hayan demostrado que la furia del río Cauca es cíclica y en épocas de calentamiento global y enloquecimiento del clima, en cualquier momento uno de sus tributarios, el río Palo, por ejemplo, puede tener una creciente súbita y provocar una verdadera tragedia en la zona. Más de 900.000 personas quedarían afectadas, la ciudad quedaría sin servicio de agua potable, ya que su principal planta de tratamiento (Puerto Mallarino) quedaría inservible. ¿Cuántos años tardaría la ciudad en recuperarse de semejante emergencia?La administración Armitage ha sido muy conciliadora y sé que hasta enfrentamientos internos entre asesores y secretarios ha provocado la decisión de evacuar ya o al final del mandato a cientos de familias. Lo de fin de semana fue el gran campanazo de alerta, hay que acelerar la decisión y no enredarse en matices políticos que tienen otros intereses diferentes a los de ciudad. Gracias al Plan Jarillón, 2.089 familias de las 7.857 que fueron cansadas como población residente en la zona de alto riesgo ya fueron reubicadas y eso está bien, pero es la hora de ir más rápido y si hay gente que está enredando el proceso a través de maniobras jurídicas para dilatar, hay que develarlas y buscar los mecanismos porque la ciudad no puede verse abocada a una tragedia épica por el capricho de algunos. Y si alguien tiene dudas de que esto puede suceder, los invito a leer el impresionante especial que realizó un grupo de periodistas de El País. No más largas a este asunto.  http://www.elpais.com.co/elpais/especiales/jarillon-la-amenaza-silenciosa-de-cali/ Sigue en Twitter @Gerardoquinte

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