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Narcobasura en televisión

Y si a eso le sumamos que medios de comunicación como Caracol Televisión les ha dado por glorificar las hazañas de un delincuente como John Jairo Velásquez, alias Popeye, el mensaje de los antivalores llega a su punto de máxima efervescencia.

9 de febrero de 2017 Por: Gerardo Quintero

Cae la tarde en Medellín, cuatro delincuentes en moto arrinconan a un conductor, atrapado en medio del trancón, y lo despojan de sus pertenencias. Sur de Cali, el esquema de protección del senador Luis Fernando Motoa se enfrenta con unos ladrones que acaban de robar el celular a un joven. Calle 72, Barranquilla, tres delincuentes son detenidos cuando le quitan sus pertenencias a un taxista. En Cartagena, vecinos golpean a un hombre señalado de robar un celular y su motocicleta fue quemada.

Los casos ocurrieron en las principales ciudades de Colombia. La delincuencia no da tregua. Con las autoridades corrompidas, como se hizo evidente con un audio en donde un alto mando de la Policía de Cali reprende a miembros de la Sijin por su ‘sospechosa’ escasa efectividad para capturar a ladrones de vehículos, el ciudadano ha quedado inerme.

Y si a eso le sumamos que medios de comunicación como Caracol Televisión les ha dado por glorificar las hazañas de un delincuente como John Jairo Velásquez, alias Popeye, el mensaje de los antivalores llega a su punto de máxima efervescencia. Esta semana, el noticiero de esa misma empresa realizó un informe amplio sobre los niveles de delincuencia en Colombia. Mostró casos, denunció hechos, situaciones, el miedo de los habitantes y la poca efectividad de las fuerzas policiales, sobrepasadas en su mayoría por los delitos.

Al ver esto me preguntaba si quien hacía la denuncia periodística era la misma empresa que con bombos y platillos lanzaba la historia de uno de los peores delincuentes que ha tenido Colombia. La glorificación de un hombre que confesó haber matado 300 personas. Cuál es el aporte que esta serie, contada desde el lado equivocado claro está, le dará a la historia del país. ¿Ser pillo paga? ¿Sea el mejor fletero de Colombia y le garantizamos serie de televisión? ¿Asesine, ponga bombas, límpiele las botas al traqueto de turno y quizás le hagamos su propio seriado? Qué vergüenza lo que están haciendo con la televisión colombiana. Series como la de ‘Popeye’ son una bofetada para el país y especialmente para las víctimas de asesinos confesos como este tipejo, que por si fuera poco algunos medios lo han entronizado para que analice lo divino y lo humano de este país, por Dios… Seamos sensatos. Aunque qué se puede esperar si más de 220.000 personas lo siguen en Youtube, país enfermo, definitivamente. Y lo peor es que como ahora en la sociedad del espectáculo se trata de engañar y engañarse, resulta que el director de la serie, Dago García, se llena la boca diciendo que se trata de un homenaje a las víctimas… Sin palabras.

El final se lo dejo a Federico Arellano, hijo del tenor vallecaucano Gerardo Arellano, que murió en el atentado del cartel de Medellín contra un avión que se dirigía a Cali y en el que fallecieron 107 personas: “Esto no sólo es un insulto para las víctimas; también envía un mensaje nocivo para las futuras generaciones… Es triste ver que ahora ‘Popeye’ es un tipo que se ha vuelto una estrella y eso es lamentable para los que hemos luchado del bando bueno, pues estamos siendo apocados por la maldad”.

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