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Lecciones políticas

La jornada electoral que concluyó el domingo dejó varias lecciones y muchos interrogantes.

30 de octubre de 2019 Por: Vicky Perea García

La jornada electoral que concluyó el domingo dejó varias lecciones y muchos interrogantes.

Ganadores: La primera es la gobernadora Dilian Francisca Toro, sin cuya gestión hubiese sido imposible que Clara Luz Roldán, que no tuvo necesidad de ir a ningún debate, sacara los votos que logró. La exdirectora de Coldeportes tendrá el reto de continuar el trabajo de la médica, y también imprimir un sello personal, de lo contrario será una sombra de Dilian.

El Partido de la Alianza Verde es otro ganador. Se quedó de manera sorpresiva con el triángulo Cali, Palmira, Jamundí y sumó Obando y Calima-Darién. Además obtuvo tres concejales en Cali y dos diputados, buena cosecha.

Jorge Iván Ospina derrotó a las encuestas, se sobrepuso a los señalamientos y va para su segunda administración. Su primera alcaldía se caracterizó por el impulso que le dio a una ciudad marchita que no veía ninguna obra ejecutándose. Sin embargo, se vio empañado por demandas de corrupción. Tendrá la tarea de liderar una transformación real de la ciudad y ejecutar un gobierno pulcro, alejado de escándalos.

Alejandro Éder. Sin maquinarias, caminando la ciudad, con un equipo comprometido, hizo una gran campaña y quedó con todo servido para ser de nuevo candidato. No contó con apoyo de medios de comunicación, ni de empresarios ni del notablato caleño que le volteó la espalda. Puro voto de opinión. Gran jugador para Congreso o Alcaldía.

Maurice Armitage. Roberto Ortiz fue uno de los más fuertes contradictores del mandatario. Hay una evidente simpatía entre Armitage y Ospina, así el primero no lo haya apoyado. La apuesta social y educativa, más la continuidad del programa Mi Comunidad es Escuela, parecen garantizados en la gestión venidera.

Perdedores: El Centro Democrático retrocedió en la ciudad y en la región. No consiguió ninguna alcaldía y a pesar de contar con un buen candidato a la gobernación, como Francisco Lourido, obtuvo una penosa votación. En Cali la paradoja fue que mientras Ortiz no contó con el apoyo del CD lideró encuestas, pero apenas llegó el uribismo a su campaña, los números comenzaron a bajar. La situación llegó al punto que Ortiz se ‘escondió’ para no tomarse la foto con el expresidente Uribe. También se quemó Juanita Cataño, que era la de ‘mostrar’ en la Asamblea. Los celos entre Cataño, Garcés y Velasco están acabando la colectividad.

Cali también perdió porque padeció un proceso electoral sucio, violento, con mucha plata rodando en la calle para comprar votos. Pocas propuestas, mucha ramplonería en las redes sociales. Perdió el periodismo porque en algunos casos se volvió militante y extravió el horizonte. Fui testigo de chats informativos en los que al final de campaña, reclamaban airadamente porque un candidato no les había pagado aún su ‘cuota’. Qué daño a la credibilidad del periodismo.

Sigue en Twitter @Gerardoquinte

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