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La paz silenciosa

Hernes Klinger es un risueño mulato tumaqueño con cara de niño, que...

1 de septiembre de 2016 Por: Gerardo Quintero

Hernes Klinger es un risueño mulato tumaqueño con cara de niño, que no aparenta más de 25 años. Hijo de campesinos, con mucho esfuerzo logró estudiar en la Universidad de Nariño y hoy es el flamante gerente de Chocolate Tumaco. Tal vez usted nunca haya escuchado esto, pero en esa misma tierra nariñense a la que ayer este diario le dedicó un sentido editorial titulado ‘El grito de Tumaco’ se cultiva en 13.000 hectáreas uno de los mejores cacaos de Colombia. Para que usted entienda, Tumaco sería para el cacao, lo que Huila, Caldas y Quindío son para el café colombiano. La diferencia es que lo del café lo sabemos hace decenas de años, lo del cacao apenas lo estamos descubriendo.Pero la otra gran diferencia es que mientras estos departamentos cafeteros gozan de gran seguridad, Tumaco, la hermosa ‘Perla del Pacífico’, sufre los embates de una violencia en la que se entrecruzan las Farc, ELN, los ‘Urabeños’ y otras bandas criminales que se pelean palmo a palmo barrios y esteros para sacar toneladas de cocaína hacia Centroamérica.Ayer, el editorial de El País daba cuenta de cómo la Pastoral de Tumaco reveló que entre enero y el 4 de agosto de este año se presentaron 77 homicidios, 17 de los cuales ocurrieron en julio pasado. Pues bien, en esa endemoniada espiral homicida surge una paz silenciosa, esa que no produce votos para los políticos, que no sale en televisión ni tiene espacio en los diarios, pero que demuestra el coraje de un pueblo organizado que se niega a que los violentos dirijan su destino.De la mano de una organización que tampoco hace escándalo, como Colombia Responde, y con el apoyo de otras más que prefieren el silencio para ayudar, se creó hace tres años largos la Asociación de Organizaciones Productoras de Cacao de Tumaco ‘Chocolate Tumaco’, un sueño hecho realidad por productores y para productores de cacao. Más de seis mil familias de este asolado trozo del pacífico, que llevan más de 70 años cultivando exquisitas variedades de cacao, han logrado posicionar su producto, regular precio, acceder a incentivos, distribuir ganancias y venderle su fruto a empresas que los han apoyado como Casa Luker.Aunque muchos aún se asombren y algunos sigan dudando del poder de organización de estas comunidades afro, ellos han logrado realizar ocho exportaciones, equivalentes a 174,5 toneladas de cacao. Y a pesar de que no han faltado las presiones de los grupos armados, la solidaridad y el trabajo comunitario, unido a una mística para sacar adelante su pueblo, ha permitido que Chocolate Tumaco no desfallezca y hoy el cacao de Tumaco se exponga en las ferias internacionales como uno de los más excelsos del mundo. Esta es la otra cara de Tumaco, esta es la paz silenciosa...Sigue en Twitter @Gerardoquinte

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