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La danza de los billones

¿Hasta cuando vamos a callar o a ser espectadores de una ciudad destruida, insegura y empobrecida, mientras se aprueban billones de pesos para una administración indigna?

5 de diciembre de 2021 Por: Francisco José Lloreda Mera

El Concejo de Cali aprobó un presupuesto por $4,6 billones para 2022. Una suma nunca antes vista, pues incluye un empréstito por $659 mil millones, con partidas genéricas, que le autorizó el cabildo. Y ocurre cuando se revela que el 70% de la contratación del municipio es directa, y cuando se posesiona un contralor distrital de bolsillo del alcalde. La danza de los billones en manos de un gobierno local cuestionado, en un año electoral.

El presupuesto aprobado es un billón de pesos superior al del 2021. Según el Acuerdo 095 de noviembre 26, de los $4,5 billones de la administración central, $3,6 billones se destinarían a inversión, $868 mil millones a funcionamiento y $62 mil millones a deuda. Un billonario presupuesto del cual $600 mil millones son de libre destinación, para no ahondar en el remedo de líneas estratégicas en las que se divide el plan de inversiones.

Este cheque en blanco se produce cuando la Unidad de Acción Vallecaucana, UAV, indica que de los $935 mil millones que la Alcaldía invirtió entre enero y octubre de este año, el 70 por ciento de los recursos fueron contratados directamente y solo el 13 por ciento por licitación pública. Si ello no fuese alarmante, la duración promedio de la mayoría de los contratos es de 3.9 meses, es decir, una feria de contratos a dedo, cero estratégicos.

Lo anterior, cuando sigue en la penumbra el destino de los $11 mil millones de Corfecali, los $11 mil millones del alumbrado navideño y los $12 mil millones del estadio Pascual Guerrero. Qué decir de la manguala de la mayoría del Concejo en la aprobación de unas vigencias futuras sin especificidad ni sustento y la autorización al alcalde para alterar el presupuesto. Por mucho menos le están revocando el mandato al alcalde de Medellín.

Esto ocurre cuando la ciudad no se repone del vandalismo criminal del llamado paro nacional. En vez de reparar de inmediato las estaciones del MÍO cuya destrucción indujo el propio alcalde, las cubren para que los deportistas que nos visitan no se percaten de la triste realidad. Uno de los tantos maquillajes visuales y de retórica florida que ocultan el desgobierno y la desidia en el que ha caído la ciudad, en medio de raudales de dinero.

Y para cerrar, pese a unas pocas voces valerosas de rechazo al interior del Concejo, este elige a un contralor hipotecado, puesto por el principal socio político del alcalde en sus elecciones turbias. Qué esperar de una entidad de control que ha callado ante los serios cuestionamientos a la contratación distrital. Un ente, ente, inerte y costoso, convertido desde hace décadas en fortín clientelista y de extorsión. Los ratones cuidando el queso.

En ese escenario desolador brillan por su ausencia las entidades de vigilancia nacional. La Contraloría General supuestamente investiga 34 procesos de contratación en Emcali, y la Procuraduría y la Fiscalía dicen estar actuando. Meses y años de rumores de pasillo a la espera de que tomen cartas en el asunto. Deben estar aguardando a que el alcalde culmine su período, feliz, para sancionarlo o absolverlo. Esa historia ya la hemos vivido.

¿Hasta cuándo Cali debe soportar a un pésimo alcalde? ¿Hasta cuándo hará carrera el trabajar unidos con una institucionalidad local podrida? ¿Hasta cuándo las entidades de control van a ser cómplices del delito o a mirar hacia otro lado? ¿Hasta cuándo vamos a tolerar que la ciudad continúe secuestrada por una política mediocre y corrupta? ¿Hasta cuándo vamos a callar o a ser espectadores de una ciudad destruida, insegura y empobrecida, mientras se aprueban billones de pesos para una administración indigna?

Sigue en Twitter @FcoLloreda

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