El pais
SUSCRÍBETE

Está de moda

La izquierda quiere acabar con el Esmad porque es la única contención que encuentran en su estrategia de desestabilizar y destruir para gobernar.

4 de julio de 2021 Por: Vicky Perea García

Está de moda tirarle al Escuadrón Móvil Antidisturbios, Esmad: lo hace la izquierda y los de la Primera Línea, que además exigen su eliminación; lo hace la CIDH que prejuzgó a las unidades desde antes de su visita apostólica y Human Rights Watch, como es usual; y ahora Estados Unidos, que decidió condicionar un apoyo menor a la Policía Nacional al esclarecimiento de los abusos cometidos por algunos integrantes de esta institución.

Iniciemos por lo obvio: quienes integran el Esmad no deben incurrir en excesos. Deben apelar a la fuerza como última instancia y hacer uso proporcional de la misma. Así reza en los protocolos de la Policía, basados en normas internacionales y mejores prácticas. Y quienes abusen deben ser investigados y de haber cometido delitos, ser judicializados. Eso es lo que hacen -y no de ahora- la institución policial, la Procuraduría y la Fiscalía.

Pero cómo es de fácil dictar cátedra desde la comodidad de un escritorio en Washington a partir de reportes sesgados, lo que difunden las redes y los testimonios de la izquierda burguesa que frecuenta el exterior. Ninguno de ellos ha estado en la situación azarosa de un miembro del Esmad, recibiendo golpes y piedra, bombas incendiarias y disparos. Es fácil juzgar en la distancia sobre los enfrentamientos de la Policía con los vándalos.

Hablo de vándalos, pues quienes agreden a la Policía no son los manifestantes pacíficos. Los de Primera Línea, convertidos en héroes por algunos medios irresponsables y por el mal llamado alcalde de Cali, deberían ser judicializados y no ensalzados. Falso es que ellos representan a los jóvenes de este país. Y no nos confundamos, una cosa es brindar mayores oportunidades a los jóvenes y otra validar los actos delictivos de unos cuantos.

La izquierda quiere acabar con el Esmad porque es la única contención que encuentran en su estrategia de desestabilizar y destruir para gobernar. Pensemos por un momento, qué sería del país de no contar con estas unidades especializadas en los últimos meses. Gracias a ellas fue posible, y con dificultad, recuperar el orden púbico a cuenta gotas. De no existir, las hordas habrían arrasado con todo, y con las instituciones y la democracia.

Y ahora el gobierno y el Congreso de Estados Unidos pretenden dar lecciones de manejo antidisturbios, cuando varios de sus cuerpos de policía a nivel federal y estatal, tienen un récord importante de posibles excesos. Similar a varios países europeos, pareciera que ven con nitidez la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. No se trata de ocultar o minimizar errores, pero sí, de medir con igual rasero. Es lo que espera un país aliado.

De 194 países a nivel global, 105 tienen unidades antidisturbios, incluidos 34 europeos. La mayoría similares al Esmad en su organización, protocolos y equipamiento básico. Y la mayoría usan las armas no letales que en Colombia han prohibido o se cuestionan. Pero es aquí donde lo quieren acabar o convertirlo en eunuco, cuando lo que se necesita con urgencia es tener más unidades, pues está cantado un nuevo ‘paro’ en noviembre.

En el Esmad hay espacio de mejora, para que cada día sea un cuerpo más profesional y no se presenten abusos. Pero también, es imperativo fortalecerlo. La principal lección de la anarquía de los últimos meses es que 29 unidades de Esmad son insuficientes para garantizar el orden público y para defender los derechos de la mayoría de colombianos. A quienes quieren acabar con el Esmad debe respondérseles con más unidades; sería inaceptable que nos coja el siguiente ‘paro’ en las mismas. Gracias, policías del Esmad.

Sigue en Twitter @FcoLloreda

AHORA EN Francisco Jose Lloreda Mera