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Prepararnos para la transición

Ya no ofrezco conferencias sobre el proceso de paz. Ahora hablo sobre...

31 de octubre de 2015 Por: Fernando Cepeda Ulloa

Ya no ofrezco conferencias sobre el proceso de paz. Ahora hablo sobre la urgencia de prepararnos para lo que llaman ahora el post acuerdo de terminación del conflicto, que es lo que se firmaría el 23 de marzo de 2016. O sea la transición de una democracia con manifestaciones de violencia a una sin la presencia letal de grupos armados ilegales. Estos comicios del 25 de octubre fueron los últimos entre partidos y movimientos políticos tradicionales, incluidos los que en algún momento utilizaron las armas. En octubre de 2019 las Farc ya estarían participando como un movimiento político desarmado, que es la propuesta que ha dado lugar a las conversaciones de La Habana. Lucharán por conquistar poder en el nivel departamental y municipal. Es la manera de construir un poder nacional sólido.Los partidos y movimientos que mostraron una precariedad notoria deberán prepararse para ese desafío. ¿Acaso están conscientes de esta realidad? Los recientes guarismos electorales les abren un panorama atractivo. Y el fracaso de la izquierda en su principal bastión parece haberles despejado el camino. ¿Prefieren construir su propia versión de una nueva izquierda?El Gobierno Nacional al tiempo con los departamentales y municipales tiene, como dicen las Farc en el segundo punto de su propuesta de diez mínimos, referido al Planpaz, que armonizar sus programas a los acuerdos de La habana que no son pocos. Es el proceso de construcción de la paz que se inicia con la firma del Acuerdo Final. Diez años para culminarlo o el tiempo prudencial que acuerden las partes.Gremios, sindicatos, organizaciones no gubernamentales, fundaciones, universidades, tendrán que hacer los propio. Esta últimas tienen que maximizar el espíritu de tolerancia por el desacuerdo y contagiar a toda la sociedad con esa cultura.Prefiero no utilizar la expresión postconflicto porque es obvio que viviremos una época de máxima conflictividad social, política, económica, étnica. Por ello las Farc han sido tan exigentes en obtener en los acuerdos garantías no solo para la oposición sino para todas las expresiones de protesta social. Es que este tipo de insurgencia civil o civilizada reemplazara la insurgencia armada.Esa es la transformación que estamos buscando y que va a ocurrir. Las Farc no se están desmovilizando. Como dijo muy bien ‘Timochenko’ ya se están movilizando para la acción política desarmada. La orden no es la de seguir reclutando sino la de concentrarse en la formación política.La Policía Nacional también deberá reformular los métodos de tratamiento de la protesta social, que dejan bastante que desear. Y la Fuerzas Armadas tienen una enorme responsabilidad que no podrán cumplir a cabalidad si se reducen tempranamente y si no se adaptan a las nuevas amenazas. Por supuesto, es indispensable la incorporación del ELN y de todas las organizaciones que con diferentes brazaletes están haciendo uso de diversas formas de violencia creciente, entre ellas la extorsión.Tenemos entonces una enorme y difícil tarea por delante. Va a tomar tiempo, recursos y disciplina. Ya estamos atrasados. Y el tema de la corrupción, prefiero decir del crimen organizado, debe erradicarse. No más contemplaciones ni disfraces. El perfil del gobierno en todos sus niveles tiene que ser impecable, íntegro, transparente. Serán otros tiempos. Y se requerirán otros comportamientos. Manos a la obra.

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