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Indiferencia

Respetable el derecho de protesta de los maestros. Respetable, y más, el derecho al estudio. La indiferencia frente a esta circunstancia no puede prevalecer.

3 de mayo de 2019 Por: Fernando Cepeda Ulloa

Ciertamente, no es lo mejor para Colombia. Hay temas importantísimos que están afectando la vida de hoy y de mañana de nuestros conciudadanos, y como que pasan desapercibidos.

Que la protesta social, legítima y anunciada desde el Acuerdo Final y antes como herramienta clave de lucha política y electoral, va haciendo invivible la vida rutinaria en la Calle 72 y aledañas o en el centro de Bogotá, no da lugar a una exigencia por parte de grupos sociales que indique la necesidad de que los derechos de los ciudadanos sean respetados. ¡El ejercicio de los derechos de algunos arrasa con los de muchos!

En Ecuador, el presidente Correa, dirigente de izquierda, consagró el principio muy admirable de que los maestros no podían afectar el derecho al estudio de sus alumnos y, por tanto, no podían realizar huelgas durante un horario que afectara el normal desarrollo de las clases. Respetable el derecho de protesta de los maestros. Respetable, y más, el derecho al estudio. La indiferencia frente a esta circunstancia no puede prevalecer.

El poder judicial sigue mostrando fallas notorias en su funcionamiento. Indiferencia. Propuestas de reforma vienen desde la Administración López Michelsen (1974-1978), pasando por la significativa Constitución de 1991… y continuamos con problemas enormes aún en la más novedosa de sus jurisdicciones, la JEP. Tema tan fundamental no suscita un necesario consenso para remediarlo con sentido de urgencia.

Una institución sagrada en el andamiaje democratico, el Congreso y las corporaciones similares, cada vez pierden majestad. El espectáculo de que no exista autoridad creíble y muy respetada en su estructura que diga a ciencia cierta cosas elementales que no deberían dar lugar a discusión, es deprimente. Entonces, como acabamos de escuchar, se debaten, y acaloradamente, cuántos son los miembros del Senado, cómo se establece el quórum, cuántos votos se requieren para decidir y quiénes pueden votar… desconcertante. Claro, todo termina enredado.
Finalmente, la Corte Constitucional o el Consejo de Estado tienen que pronunciarse, la incertidumbre se prolonga… y la desconfianza en nuestra más importantes instituciones. Ello alimenta la crisis de legitimidad que las ronda.

Indiferencia frente a la Corrupción. Cada día más escandalosa y grave.
Se dirá, hubo un referéndum en contra… pero sigue en instituciones que deberían ser modelos de integridad… Lo que es mucho peor, Indiferencia frente a la lucha exitosa contra la corrupción. Es evidente en las encuestas y otras manifestaciones. La Procuraduría acaba de publicar 20 relatos para destacar el poder de la ciudadanía en la lucha anticorrupción. Son descripciones que van desde la corrupción en un municipio pequeño hasta la gran corrupción en el sector salud, o en el de infraestructura o en los programas para ayudar con la alimentación mínima de más de cinco millones de escolares. Municipal, nacional, internacional. Los éxitos alcanzados por la Procuraduría, la Fiscalía, la Contraloría deberían ser objeto de aplauso y reconocimiento. Como si no existieran. No es fácil devolver la credibilidad. Ni fácil reconstruir la confianza perdida. Es tema que tiene que ver con la forma como se presentan en los medios los casos de corrupción y los éxitos o fracasos en la lucha.

Y con el silencio ensordecedor de la sociedad civil, sus Organizaciones, sus centros de pensamiento. Es que hay muy pocas voces. Y si las hay… no se oyen.

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