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¿Destitución?

El desarreglo institucional en Estados Unidos se profundiza. Ahora la representante Pelosi ha planteado la necesidad de abrir un proceso de destitución contra el presidente Trump...

24 de mayo de 2019 Por: Fernando Cepeda Ulloa

El desarreglo institucional en Estados Unidos se profundiza. Ahora la representante Pelosi ha planteado la necesidad de abrir un proceso de destitución contra el presidente Trump, basado en la obstrucción a la Justicia.

El sistema presidencial es muy celoso de la separación de poderes. Y se considera que ningún ciudadano, no importa su riqueza, posición social o función pública, está por encima de la Ley. No existen privilegios.

¿En qué se fundamenta la congresista Pelosi para hacer un planteamiento que el miércoles pasado enfureció al presidente Trump y frustró una reunión con la bancada demócrata en la Casa Blanca?

El 18 de abril se divulgó ‘The Mueller report’, impreso entre otros por la Librería de la Universidad de Harvard, que recogió los dos volúmenes en un libro de más de 400 páginas el cual trae líneas y párrafos enteros tachados por razones de seguridad.

El Presidente Trump hizo rápida interpretación del contenido, con una eficaz frase que decía en esencia que no había existido colusión con los rusos y no había base para una acusación.

Se trataba de establecer si la Agencia para la Investigación de Internet (IRA) de Rusia, había adelantado una estrategia de redes sociales dirigida a provocar y profundizar el desacuerdo político y social en los Estados Unidos durante la campaña presidencial 2016. El fiscal especial designado en mayo 2017, Robert S. Mueller, estableció que Rusia interfirió esa campaña para favorecer al candidato Trump y perjudicar a la candidata Clinton. También confirmó que el Servicio ruso de Inteligencia adelantó operaciones que, al manipular los computadores permitieron realizar acciones contra entidades, empleados y voluntarios que trabajaban en la campaña de Clinton y, además, divulgaron documentos robados. Pero la investigación no pudo confirmar que miembros de la campaña Trump hubieran conspirado o se hubieran coordinado con el gobierno ruso en relación con estas actividades.

No hubo colisión es, en esencia, el contenido del primer volumen. De esta manera, Trump quedó eximido de las acusaciones de colusión que se habían originado en una averiguación de un espía británico.

Otro es el tema del volumen segundo, el cual se refiere a los comportamientos del presidente Trump tanto hacia la investigación del FBI sobre la interferencia rusa como a sus acciones con respecto a la del fiscal Mueller.

La congresista Pelosi fundamenta su propuesta de acusación en el concepto de obstrucción a la justicia que es el contenido del volumen segundo.

El Fiscal Especial prefirió llegar a una conclusión muy sutil pero muy comprometedora. Vale la pena traducir la frase que me parece clave en la Conclusión de este volumen (volumen 2 pag.8): “al mismo tiempo, si nosotros hubiéramos tenido seguridad después de una investigación a fondo de los hechos para decir que el Presidente claramente no cometió obstrucción a la Justicia, así lo habríamos dicho. Basados en los hechos y en los estándares legales aplicables, somos incapaces de llegar a ese juicio. En conformidad con esto, al mismo tiempo que este informe no concluye que el Presidente cometió un crimen, tampoco lo exonera”.

Dice también (p.177), “el Congreso tiene la autoridad para imponer las restricciones limitadas contenidas en los estatutos sobre la conducta oficial del Presidente para proteger la integridad de funciones importantes de otras ramas del Gobierno.”

Derecho y política en todo su esplendor.

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