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Primavera en el norte

La crisis económica que inició en 2008 constituyó para algunos una muestra...

22 de febrero de 2015 Por: Esteban Piedrahíta

La crisis económica que inició en 2008 constituyó para algunos una muestra más del “declive” de los EE.UU. y del “fracaso” de su modelo capitalista. En términos relativos, el poderío económico del país del norte sí ha declinado frente a su pico al cierre de la Segunda Guerra Mundial, e incluso con relación a una cúspide más reciente durante los 90 tras la disolución de la URSS. Sin embargo, han sido émulos de su sistema de libre mercado (con matices, claro) quienes le han recortado distancia: primero Europa entre los 50 y los 70, luego Japón entre los 60 y los 80, y finalmente China de los 90 hasta hoy. De hecho, medida por poder adquisitivo, la economía china igualó en tamaño a la norteamericana en 2014 (aunque el estadounidense promedio sigue teniendo un ingreso casi 5 veces mayor).En muchas dimensiones, EE.UU. sale fortalecido de su recesión económica más profunda desde los años 30. Su liderazgo tecnológico, intelectual y empresarial sigue intacto. De las 10 compañías más valiosas del mundo por capitalización bursátil, 8 son americanas. De estas, 3 (Apple (#1), Microsoft (#3) y Google (#5)) son las abanderadas de un sector de alta tecnología en pleno auge; prácticamente todas las ‘marcas’ de la era digital son americanas. Diversos rankings internacionales de universidades también demuestran el dominio estadounidense (entre 11 y 18 instituciones de ese país figuran entre las primeras 20).Una de las grandes vulnerabilidades económicas y políticas de los Estados Unidos desde los 70 ha sido su alto dependencia (“adicción”, en palabras de algunos) del petróleo extranjero. Mediante la aplicación de nuevas tecnologías para la extracción de crudo de esquisto ese país ha logrado aumentar su producción en 4 millones de barriles diarios desde 2008. Se estima que el año pasado fue el mayor productor de hidrocarburos del mundo (desde 2010 es el mayor productor de gas natural). Aparte del gran beneficio de ‘despetrolizar’ la política exterior norteamericana, este fenómeno ha contribuido a dinamizar la economía y reducir los costos de energía para la industria y los consumidores.Con la demanda interna creciendo rápidamente en los Estados Unidos, el TLC firmado, una gran diáspora vallecaucana residente en ese país y un peso significativamente más débil, las condiciones están dadas para que aumenten las exiguas exportaciones de nuestro departamento a ese destino. Restando las exportaciones de oro, lo cierto es que los despachos del Valle a ese país llevan una década prácticamente estancados en torno a los $220 millones de dólares (poco más del 10% de nuestro comercio internacional). Son mucho más importantes, por ejemplo, las remesas recibidas de vallecaucanos residentes en EE.UU., la cuáles superan los $400 millones de dólares al año. ¡Nuestro mayor renglón de exportación es la gente!Solo 6 compañías del departamento vendieron más de $10 millones de dólares en Estados Unidos en 2014; y solo 33 más de $1 millón (7 de ellas de azúcar y café). Hay casos de éxito notables en sectores de valor agregado como el de Sucroal que multiplicó sus ventas de sucroquímicos a EE.UU. por 9 en los últimos 10 años y hoy es el segundo mayor exportador valluno a ese país. También se destacan 2 empresas de fajas (Manufacturas Model y Ann Michell) que han aumentado vertiginosamente sus despachos y hoy son los exportadores número 8 y 19 del Valle a EE.UU.; y 2 de ají (Hugo Restrepo y Tecnoají) que conjuntamente exportan allí $5 millones de dólares anuales. Pero unas cuantas golondrinas no hacen verano. Una de las claves de nuestra prosperidad colectiva en los años por venir será descifrar cómo abrirnos campo en ese colosal mercado.