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Falta más empleo que emprendimiento

Se dice con frecuencia que los colombianos somos muy emprendedores, y encuestas como el Global Entrepreneurship Monitor (GEM) tienden a confirmar, en alguna medida, esta percepción.

4 de octubre de 2020 Por: Esteban Piedrahíta

Se dice con frecuencia que los colombianos somos muy emprendedores, y encuestas como el Global Entrepreneurship Monitor (GEM) tienden a confirmar, en alguna medida, esta percepción. Sin embargo, estas encuestas también revelan que somos primordialmente emprendedores por necesidad, por escasez de opciones de empleo; no emprendedores por elección o de oportunidad.

Según el GEM, solo 15% de las empresas que nacen en Colombia las fundan personas que consideran el emprendimiento como una “opción deseable”. Dada la proliferación de micronegocios informales, esta cifra seguramente sobreestima ese porcentaje. Pero incluso entre emprendedores de mayor grado relativo de sofisticación, hay muchos que no responden a oportunidades de negocio, y muchos más aún que no son innovadores o de alto potencial de crecimiento.

La Cámara de Comercio de Cali está ejecutando, con recursos de iNNpulsa, el programa Acelera Región, que busca acompañar en su crecimiento a negocios innovadores y escalables en 8 departamentos de Colombia. De los 659 emprendimientos preseleccionados (entre 1651 postulantes), con ventas anuales entre $5 y $400 millones y menos de 5 años de fundados, sólo un 54% indicó que respondía a la identificación de una oportunidad de negocios. Estos emprendimientos de oportunidad crecen un 26% más, en promedio, que los motivados por preferencias de estilo de vida (“quiero ser mi propio jefe”) o por necesidad.

Pero incluso entre los de oportunidad, los innovadores son una minoría.
Al pasar los 659 por el tamiz de la herramienta de evaluación SABIMetrics -que toma en cuenta tanto el modelo de negocio como las capacidades del equipo emprendedor- y por un panel de jurados -cuyos puntajes fueron ajustados para corregir sesgos-, se obtiene que sólo un 11% (74) se pueden clasificar como innovadores/de alto potencial. Un resultado notable es que los emprendimientos de alto potencial crecen 3 veces más rápido, generan 2,2 veces más empleos y pagan salarios 60% más altos que los demás.

Entre los determinantes claves de los emprendimientos de alto potencial, aparte de los elementos de oportunidad e innovación, se encuentran la dedicación de tiempo completo del/los emprendedor(es), su nivel educativo, sus años de experiencia, la existencia de un equipo emprendedor y la diversidad de capacidades del mismo.

La buena noticia es que en todos los departamentos -de diversos grados de desarrollo- se identificó al menos un emprendimiento de alto potencial, y que, en general, salieron mejor evaluados los equipos emprendedores, que los modelos de negocio. El problema entonces parece ser más de sofisticación de los entornos y los ecosistemas de emprendimiento que de capacidad o de talento.

Los resultados de la convocatoria refrendan que la ‘hiperactividad’ emprendedora de los colombianos, aunque entendible y loable, es mucho más señal de necesidad y pobreza que de lo contrario. En las sociedades más avanzadas, la enorme mayoría de las personas se emplea con una empresa u otra organización ya establecida. En Noruega, por ejemplo, solo el 5% de las personas trabajan por cuenta propia; en Colombia ese porcentaje es cercano al 50%.

Ahora que el Gobierno Nacional adelanta un Conpes y una Ley de Emprendimiento, haría bien en tomar nota de estos resultados. Así como en política social el foco tiene que estar en los más pobres, en emprendimiento el foco debe ubicarse sobre los emprendimientos de alto potencial. Son estos, de la mano de reformas como la del mercado laboral, los que pueden ayudar a resolver el problema de fondo que es de falta de empleo de calidad, no de falta de emprendimiento.

Sigue en Twitter @estebanpie