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La visita de Trump al Valle

Esta nota premonitoria es escrita en agosto de 2018. Donald Trump, el...

19 de noviembre de 2016 Por: Eduardo José Victoria Ruiz

Esta nota premonitoria es escrita en agosto de 2018. Donald Trump, el irreverente presidente de Estados Unidos visitó al Valle del Cauca y dejó recuerdos imborrables, como cuando los abuelos nos hablaban de la visita del cardenal Mícara a Cali a inaugurar el Templete. Les contaré a mis nietos adolescentes sobre las miradas lascivas de Trump a la gobernadora Dilian mientras esta sacaba pecho destacando sus logros. Ubeimar la interrumpió diciendo a grito herido que lo bueno se debía a él. Que “en los anaqueles de la historia del departamento nadie había hecho tanto”. El traductor preguntó “Why anaqueles? Is not anales?”. Un periodista local codeó con fuerza las costillas del traductor. “Deje así” le propuso.El Alcalde Armitage se lució cuando le dijo : “Güelcom, figura”. Se comentará por muchos años el discurso que en nombre de los empresarios dio Henry Eder en el que pidió un nutrido aplauso para el expresidente Barack Obama. El aplauso arrancó en el Bulevar del río y fue secundado por toda la vallecaucanía. Trump se tomó la cabeza con sorpresa.El Obispo le dijo que en su honor se habían bautizado muchos niños como Donald. “Como será cuando venga Putin”, dijo alguien. Se le invitó a hacer una ofrenda floral. Trump no sabía quién era Simón Bolívar y menos Jairo Varela. Conocedores de su ego se decidió hacerla al busto de Donald Rodrigo Tafur. Creemos que el traductor hizo una mala traducción de ‘busto’, pues se emocionó mucho y supimos que tampoco sabía quién fue Tafur.La comida fue delicias del Pacífico. Después de alabar el ‘tumbacatre’, piropeó hasta a damas tan aplomadas como Clementina Vélez y Soffy Arboleda. Octavio Quintero, presidente de Fenalco, se elevó el peinado y le dijo a Trump que en Cali decían que él era su doble. Trump le dijo que él no había oído de Trumps en Granada ni en Titiribí, ciudad que demoró 6 minutos en pronunciar.Fue conmovedora la entrega de regalos representativos de la región. Judy Lizalda leía en español y el traductor en inglés. No fue fácil cuando Judy habló de ‘mate’ de manjarblanco y el traductor dijo ‘kill’ y la guardia desenfundó sus armas. Cuando le entregaron la gelatina de Andalucía el FBI no permitió que el Presidente la recibiera y se la llevaron a analizar pues podía ser gelatina explosiva de la usada por ETA. No fue fácil explicar el escapulario del Milagroso que se amarró en la muñeca. Le agradeció a George Bougaud de Recamier los galones de laca para su capul. Cuando bellas porteñas le entregaron un paquete de cucas, el presidente comentó: “Eran las únicas que no conocía”. Se le recomendó usar insumos vallecaucanos para construir el muro fronterizo. Le pareció pesado que le entregaran los productos de ladrilleras locales pero cuando se le habló de los agregados de Triturados El Chocho, Trump se asustó ya que el traductor dijo “Trituradora el Chocho”. entonces se puso de pie y dijo en inglés “Mejor vámonos. Es tierra de locos peligrosos”. ¿Como olvidar esa visita? Tal como me decía mi abuela de la visita del cardenal Mícara en 1957.

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