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El país millenial

La opinión pública de este joven país es así, como ese adolescente empaque que se llama Colombia.

2 de noviembre de 2018 Por: Eduardo José Victoria Ruiz

Somos un país adolescente. Tenemos muy joven historia institucional. En el lenguaje de hoy, somos como los millennials. Esa generación nacida entre 1981 y 1995, que están entre 20 y 35 años y que tienen una conducta que quien no haga el esfuerzo de entenderla, quedará fuera de foco, sea como padre , empleador o productor de bienes o servicios.

Los millennials son digitales; hacen muchas cosas a la vez, no se concentran en una sola; extremadamente sociales, al punto que se calcula que un 88 % de los millennials latinoamericanos tienen perfil en redes sociales; son críticos implacables; muy exigentes como ninguna generación lo había sido; son volátiles, no se amarran a nada, no quieren permanecer largo tiempo bajo una misma empresa o dirección, al contrario, su expectativa es que sea la empresa la que se adecúe a sus preferencias; no perdonan una y exigen nuevos valores, como transparencia, sostenibilidad y compromiso social. Son autosuficientes y quieren sentirse protagonistas.

La opinión pública de este joven país es así, como ese adolescente empaque que se llama Colombia.

Por eso todo el tiempo se pide cambio y no que se consoliden los procesos que lo ameriten.

Por eso un Petro, pésimo administrador público o un enigmático Fajardo van arriba en las encuestas; por eso el proceso de paz nos está quedando grande en su implementación; por eso ningún alcalde nos parece bueno por honesto y dedicado que sea, como es el caso de Armitage.

Por tal razón le adjudicamos los problemas a los demás y no nos involucramos en su solución; por estar mirando el mundo nos olvidamos de los compromisos con la región; por eso tenemos una critica durísima sobre todo aquel que aspire a gobernarnos o sobre quien ingrese a la actividad política.

Como los millennials, nos volvimos sibaritas, gozones, criticones, faltos de compromiso, inmediatistas. La gran diferencia es que los millenials encontraron un mundo ya hecho y sobre su disfrute están construyendo su vida. Colombia en cambio, aun está por hacer y consolidar.

Es aún tiempo de edificar, como aquellos jóvenes que con sudor hace décadas construyeron su patrimonio; mucho antes que los millennials, obviamente.

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