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Colombia 2022

Momentos duros nos esperan. Incremento del déficit fiscal; desempleo que seguirá por encima del 20% y a pesar de los esfuerzos, no regresará a un dígito durante este gobierno.

21 de agosto de 2020 Por: Eduardo José Victoria Ruiz

Momentos duros nos esperan. Incremento del déficit fiscal; desempleo que seguirá por encima del 20% y a pesar de los esfuerzos, no regresará a un dígito durante este gobierno; retroceso en las curvas de pobreza y deterioro significativo de la clase media; la inseguridad crecerá; el endeudamiento adicional obligará nueva reforma tributaria y con esta, mayor carga impositiva; seguramente la próxima calificación crediticia del país implicará mayores costos de la deuda; en conclusión, Colombia y muchos otros países se verán obligados a reconstruir su economía como consecuencia de la recesión generada por la pandemia.

El poder arrasador del covid ha sido tal que hasta febrero se veía inevitable la reelección del todopoderoso presidente de USA; hoy y por cuenta del manejo del virus, su contendor le lleva 12 puntos y la permanencia de Trump se ve remota.

El panorama de Colombia será utilizado por los populistas. Con irresponsabilidad y perversidad, los veremos aprovechando la complejidad del momento. Todo lo que se haga será malo con tal de engrosar la inconformidad y los votos.

Si la gente trabajando muere por el virus, se dirá que la salud se manejó con ineptitud. Si mueren en sus casas, dirán que fue el hambre y la depresión. Deliberadamente olvidarán las razones del déficit y plantearán un país maravilloso, olvidando la pésima gerencia pública de alcaldes como Petro o Moreno Rojas.

Pero lo más grave es que si las cosas siguen así, encontrarán atomizado los sectores de centro y de derecha. Los agravios a su interior por cuenta de la situación jurídica del expresidente Uribe, van a dificultar la consolidación de grandes sectores de opinión que no estén de acuerdo con un manejo de extrema izquierda para el país. No se está actuando con visión de futuro.

Según los seguidores acérrimos del expresidente, quien no esté con ellos, es apátrida o mamerto. Equivocada deducción. Veo amistades extinguiéndose por cuenta de una inquietud legal o de pedir menos pasión y más mesura.

Es justo y comprensible el vehemente acompañamiento en la defensa del expresidente, pero para mantener en alto el ideario de la iniciativa privada, la libre empresa, la atracción a la inversión extranjera, la estabilidad económica y jurídica, entre muchas otras, se hace necesario consolidar mayorías que estén dispuestas a rescatar el país de la actual realidad de la pandemia y de la amenaza del otro nefasto virus, el populismo.

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