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‘Pollos’ mañosos

Una cara nueva no siempre es síntoma de renovación. La historia de...

8 de agosto de 2014 Por: Diego Martínez Lloreda

Una cara nueva no siempre es síntoma de renovación. La historia de la política nacional está llena de caras nuevas que sirvieron de fachada para tapar las más viejas mañas.Todo indica que eso es lo que está ocurriendo en el Concejo de Cali, controlado por un puñado de jóvenes que posan de renovadores pero, al parecer, están recurriendo a las más viejas y perversas prácticas que han sumido en el desprestigio a esa corporación.Ya me habían llegado rumores sobre esa situación. Pero lo que definitivamente me abrió los ojos fue la forma en la que hundieron el proyecto de movilidad presupuestal. Con este proyecto, el Gobierno Municipal pretendía darle una nueva destinación al 15% del presupuesto, con el fin de conseguir unos dineros para solucionar problemas apremiantes de la ciudad. Entre ellos, la crisis del MÍO, así como las dificultades por las que atraviesan algunos colegios públicos.El ladino presidente del Cabildo, un muchachito que según me cuentan tiene la audacia de Juan Carlos Abadía pero carece de la simpatía y del carisma del exgobernador, puso un ponente de su cuerda que nunca apareció a las sesiones de la Comisión de Presupuesto, en donde debía estudiarse la iniciativa. Mejor dicho, no la hundieron con argumentos, sino a punta de argucias. Y la razón para hundirla, según cuentan mis fuentes, es que la misma no incluía ‘comisión de éxito’ para los cabildantes. (A propósito, el ‘presi’ del Concejo tiene fama de ser muy estudioso, pero no de los problemas de Cali sino de una especialización que cursa en Bogotá y que le acapara la mayor parte de su tiempo. Ojalá le vaya bien con sus estudios, porque como titular del Concejo se va rajando). Lo cierto es que la causa del deterioro de la relación entre Cabildo y Administración, y la razón por la cual los ‘pollos’ del Concejo andan en plan de boicotear la labor gubernamental, es la reticencia del Alcalde a darles a los concejales la ‘mermelada’ que requieren para financiar su reelección.No lo digo yo. Lo afirma una persona seria y estudiosa como Rosalía Correa, directora del Observatorio Cali Visible de la Javeriana, quien en reciente columna manifestó: “Se nos van las esperanzas de contar con un Concejo renovado e interesado en la ciudad, más que en la mermelada”, al tiempo que denunció que los concejales “presionan al Alcalde y le extorsionan para aprobarle los acuerdos”.Mejor dicho, según esta respetada académica, en el Concejo de Cali reinan las mismas prácticas que con tanto ‘éxito’ aplicaron en el pasado los Mipichi. Y no le perdonan a esta administración que no les ‘colabore’ para conseguir los recursos que precisan para engrasar su maquinaria política. Que algunos de estos jóvenes estén en ese plan no me extraña. Los hijos repiten lo que ven hacer a sus papás y no hay que ser muy perspicaz para intuir lo que han visto en sus casas --políticas-- los vástagos de Fabio Arroyave y Roy Barreras. Pero que Michel Maya, a quien personalmente consideraba una esperanza de renovación de la política local, ande en ese plan, o se quede callado con lo que está pasando, sí me tiene atónito.En fin, los hechos indican que en el Concejo de Cali lo único que se ha renovado son las viejas mañas.

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