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Las gracias de Avianca

Si alguien resultó un maestro para aplicar aquel consejo chino de que los problemas hay que volverlos oportunidades, ese es el dueño de Avianca Germán Efromovich.

30 de noviembre de 2017 Por: Diego Martínez Lloreda

Si alguien resultó un maestro para aplicar aquel consejo chino de que los problemas hay que volverlos oportunidades, ese es el dueño de Avianca Germán Efromovich.

Al menos así lo demostró con el manejo que le dio al mayor problema que ha afrontado la aerolínea en los últimos años, la huelga de pilotos que la afectó durante 51 días.

Lo que pudo constituir un descalabro financiero para Avianca se convirtió en un póquer de ganancias.

Desde el punto de vista jurídico y laboral, Efromovitch logró que la justicia nacional, con toda la razón, declarara el transporte aéreo un servicio esencial. Con lo cual, en lo sucesivo, cualquier huelga que se desate en una aerolínea, en Colombia, será considerada ilegal.

Lo que le da pie a la empresa a despedir a todos los que participaron en esta protesta y a quienes en el futuro se vayan a paro.

En segunda instancia, lo que pudo haber significado una irreparable pérdida económica, presumo que se convirtió en otra ganancia. La plata que debió devolver a los usuarios por la cancelación de vuelos, la compensó con creces con el aumento astronómico en el valor de los tiquetes aéreos.

Y, hay que admitirlo también, el manejo de imagen que le dio Avianca al asunto fue impecable. Toda la estrategia mediática estuvo dirigida a desacreditar a los huelguistas --y lo lograron-- y a transmitir el mensaje de que lo más importante era el usuario y que por eso se desvivía por solucionarle los inconvenientes que la huelga le generara.

Impactante fue también la idea de pasar imágenes de empleados de la compañía transmitiendo el mensaje de “yo no paro”. Y para redondear esa estrategia, al finalizar la protesta, el mensaje fue de agradecimiento con los usuarios por la comprensión que tuvieron frente a la huelga.

Pues los usuarios también estamos muy agradecidos con esa gratitud. Pero agradeceríamos más que ahora, que se acabó el paro de pilotos, Avianca vuelva a poner las tarifas en los niveles que estaban antes de que estallara ese conflicto.

No hay derecho, por ejemplo, que para el próximo 12 de diciembre el solo trayecto Bogotá Cali valga, ¡en tarifa superpromo!, $445.000 y no solo en las horas de mayor congestión. Eso no valía un pasaje ida y regreso a la capital antes de la huelga.

Me niego a pensar que las directivas de Avianca tras la protesta hayan concluido que los usuarios del transporte aéreo, sobre todo en vuelos domésticos, no tenemos más alternativa que viajar en esa empresa. Y que por tanto nos toca pagar lo que les dé la gana de cobrar. No pueden ser tan aviones.

Es una gran torpeza que la empresa asuma esa actitud. Con ella, no lo duden, está perdiendo todo lo que ganó con el manejo que le dio a la huelga.

Porque estamos en un mundo de libre oferta y demanda y más temprano que tarde aparecerá una Viva Colombia que quiera explotar rutas muy comerciales como la Cali-Bogotá, cobrando precios justos.

Insisto, don Germán, la mejor forma de agradecernos a los usuarios la paciencia infinita y nuestra comprensión durante esos 51 días, es cobrándonos una tarifa justa por movilizarnos. Eso sí tendría gracia.

De lo contrario, terminaremos por creer que lo que dijeron de su empresa los pilotos que se fueron a la huelga no era tan falso.

Sigue en Twitter @dimartillo

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