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La guerra de los roces

Una pareja que parecía amarse mucho y ser muy feliz, debido a...

13 de junio de 2014 Por: Diego Martínez Lloreda

Una pareja que parecía amarse mucho y ser muy feliz, debido a una infidelidad de uno de los dos que el otro considera una traición imperdonable, entra en una crisis irreparable que los lleva a una guerra a muerte. Los cónyuges entran en una feroz disputa y tratan de hacerse la vida imposible. En esencia, esa es la historia que narra una divertida película, llamada La Guerra de los Roces, protagonizada por Michael Douglas y Katleen Turner, quienes encarnan, respectivamente, a Oliver y Barbara Rose. Lo curioso es que el argumento de esta cinta tiene muchas similitudes con la guerra que libran Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos. Y que hace rato pasó de los roces a los insultos.En la versión criolla de esta película, que no es tan divertida y de hecho tiene hasta la coronilla a medio país, Uribe desempeña el papel del marido traicionado que se empeña por cobrarle a su ‘adúltera’ pareja, Juan Manuel Santos, su desliz. Mientras la ‘esposa’ está convencida de que lo que le llevó a clavarle la espada a su pareja era que esta pretendía convertirla en su títere, mientras ella se sentía con derecho a tener una vida propia.Y es que sin duda, el tono maluco que ha adquirido esta campaña presidencial se debe a que más que una disputa por el poder, en este caso hay un pulso personal. Por un lado, Uribe está empeñado en cobrarle a Santos que se haya puesto una máscara uribista para llegar a la Presidencia con los votos del expresidente, para luego gobernar con otras ideas y con otras personas. Y por el otro, Santos está obsesionado con demostrarle a su antiguo mentor que él puede ganar las elecciones con sus propios votos. Pelea en que al final ambos tienen su parte de razón. Se entiende que Uribe se sienta burlado luego de que Santos se hizo elegir con sus votos y gobernó con sus enemigos. Y también es natural que Santos haya querido gobernar con su propio libreto.Pero, por supuesto, ellos no lo ven así. Lo que se han dicho y lo que se han hecho este par hace parecer un juego de niños lo que se hicieron Oliver y Barbara Rose en la famosa película. Es que una cosa es meterle tijera a todas las corbatas de su marido, como hace Barbara, y otra que Santos se atreva a echarle la culpa de todos los males que padece este país al gobierno anterior, como si él no hubiera sido una de las principales figuras de esa administración. No se entiende, por ejemplo, que Santos califique a Uribe como el líder de la extrema derecha. ¿Es que acaso cuando fue su subalterno no tenía esa ideología, o es que él no se dio cuenta para quién trabajaba? Con Uribe pasa algo similar. Si Santos le parece tan incompetente por qué lo tuvo de Ministro de Defensa durante más de la mitad de su segundo período y por qué lo catapultó a la Presidencia.En medio de tan agrio rompimiento, a los electores nos han puesto en el dilema que deben enfrentar los hijos de las parejas divorciadas: escoger con cuál de los dos se van a quedar.Y no resulta para nada raro, que ante el triste espectáculo que han dado sus ‘padres’, los votantes terminen decidiendo no irse con ninguno de los dos. Sobre todo cuando, en el fondo, no hay mucha diferencia entre vivir con el uno o con el otro.

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