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Justicia, al parecer

“Ese día la Sala de Casación Penal se abstuvo de abrir instrucción al senador Iván Cepeda y abrió copias contra el denunciante expresidente Álvaro Uribe Vélez.

26 de julio de 2018 Por: Diego Martínez Lloreda

“Ese día la Sala de Casación Penal se abstuvo de abrir instrucción al senador Iván Cepeda y abrió copias contra el denunciante expresidente Álvaro Uribe Vélez. Como reacción a esa providencia judicial, Y AL PARECER con su consentimiento, personas allegadas al expresidente habrían emprendido actos de manipulación de testigos”.

Esa fue la explicación que dio el presidente de la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia, magistrado Luis Antonio Hernández, para justificar el llamado a indagatoria al expresidente Álvaro Uribe.
Lo primero que llama la atención son esas dos palabras: “AL PARECER”. Resulta demasiado grave que una medida tan delicada contra un expresidente de la República se sustente en un “Al PARECER”. Y es que, al parecer, los testimonios del exparamilitar Monsalve no involucran directamente a Uribe.

Sin necesidad de ser abogado uno concluye que no había prueba suficiente para citar a Uribe a una diligencia de indagatoria. Lo lógico era que antes de tomar esa medida se le hubiera convocado a una versión libre.

Esa es solo una de las actuaciones sospechosas de los magistrados que investigan a Uribe. El ‘timing’ con el que se decidió citar a indagatoria al exmandatario también genera suspicacias: 12 días antes de la posesión de Iván Duque, cuando más daño le podían causar al nuevo gobierno, tan cercano a los afectos de Álvaro Uribe.

Hablando de sospechas, qué tal ‘la chiva’ de Noticias Uno que el sábado se anticipó a todos los medios, y a la propia Corte, y anunció el ‘inminente’ llamado a indagatoria a Uribe. Curiosamente el dueño de ese noticiero es Daniel Coronell, el mismo personaje que en sus columnas reveló los pormenores de la investigación contra Uribe. Como quien dice, Coronell, enemigo acérrimo del expresidente, tiene línea directa con la Corte. Grave asunto.

Si esta Corte Suprema fuera la de Manuel Gaona, la de Alfonso Reyes Echandía, la de Pedro Elías Serrano, sería un estropicio, casi una blasfemia, pensar en que una actuación judicial pudiera tener segundas motivaciones.

Pero es la Corte de Leonidas Bustos, la de Gustavo Malo, la de Francisco Ricaurte, los magistrados acusados de torcer fallos a cambio de gruesas sumas de dinero. Esta Corte es hija del nocivo matrimonio entre política y justicia que estableció la Constitución del 91. Y si unos magistrados fueron pillados pidiendo plata para cambiar fallos, por qué no pensar en que otros se estén prestando para pasarle cuenta de cobro a políticos que no son de sus afectos.

Quienes, sobre todo en Bogotá, se están frotando las manos por la decisión de la Corte pueden tener por seguro que esta no significa el fin de la carrera política de Uribe (mientras Uribe goce del cariño de tantos millones de compatriotas seguirá vigente), ni mucho menos afectará la gobernabilidad de Iván Duque.

Sin duda, la ausencia de Uribe en el Congreso será un golpe para el Centro Democrático, para el Legislativo y para el gobierno de Duque que contaba con un eficiente coequipero para defender en el Congreso sus iniciativas.

Pero Duque sabe que siempre podrá contar con el consejo de Uribe y además la no presencia activa del exmandatario en la escena política le permitirá asumir el liderazgo pleno del partido, lo que facilitará la coordinación entre la bancada y el gobierno.

Moraleja: AL PARECER los enemigos de Uribe esta vez tampoco se saldrán con la suya.

Sigue en Twitter @dimartillo

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