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El ‘Boom’ caleño

Los visitantes que llegaron a Cali por estos días, con el fin...

2 de enero de 2015 Por: Diego Martínez Lloreda

Los visitantes que llegaron a Cali por estos días, con el fin de gozarse la Feria, debieron quedar aterrados con el despertar literario que vive nuestra ciudad. En los cuatro puntos cardinales de la capital del Valle, así como en la parte trasera de muchos taxis, se observan vallas que anuncian las ‘óperas primas’ de dos nuevas figuras de las letras vernáculas. Así como el Boom Latinoamericano tuvo un García Márquez, un Cortázar y un Vargas Llosa, nosotros tenemos un Pinilla Malo y un Clavijo.Una valla ubicada en la Calle Quinta anuncia la obra de uno de estos, que no dudo en calificar desde ya, como precandidatos al nobel de literatura. “Un libro de transformación ciudadana CARLOS PINILLA entendiendo a Cali”, dice en la valla que presenta a la ciudad y al mundo entero tan importante trabajo literario. Como sé que en los círculos intelectuales de París, Londres y Nueva York hay gran interés por saber quién es el autor de este verdadero incunable, a continuación me permitiré hacer una breve reseña del artista.Carlos Pinilla Malo, conocido entre sus cercanos como el concejal Malo, es el único sobreviviente del mítico grupo de los Mipichi, que por varios años manejó los hilos de la corporación caleña. Es muy recordado, entre otras cosas, por el crucial papel que desempeñó en la firma del contrato mediante el cual se tercerizó el recaudo de impuestos de la ciudad. Si bien ese contrato resultó fatal, y el municipio perdió un dineral porque el contratista no cumplió a lo que se comprometió, sería injusto achacar este revés al concejal Malo, quien en ese caso, como siempre, obró pensando en prestarle el mejor aporte a su ciudad. La otra pluma que por estos días despunta es la de Carlos Andrés Clavijo. Me enteré de su vocación por las letras al ver la presentación de su obra en la parte trasera de un taxi, en un trancón. No hay como agradecer el aporte de este novel escritor a la cultura. Mucho mejor usar el tiempo que transcurre mientras cambia el semáforo a verde enterándose de la aparición de un nueva pieza literaria que observando a los malabaristas callejeros que pululan en esas intersecciones. De verdad, gracias Carlos Andrés. Pero como en Cali no faltan los malaleche y los aguafiestas que no aprecian los esfuerzos creativos, ya he escuchado rumores de que esas producciones literarias tienen fines muy distintos a los de enriquecer nuestro acervo cultural. Según esas versiones maledicentes, Pinilla y Clavijo van a aspirar a la Alcaldía de Cali en las elecciones de octubre próximo. Y lo que buscan al sacar sus libros y, sobre todo, al anunciarlos en esas gigantescas vallas, es hacer una propaganda política no muy sutil, burlando la ley electoral que establece que ese tipo de publicidad solo puede hacerse tres meses antes de los comicios.Esos malaleches sugieren que el pionero de esta jugarreta fue Sigifredo López quien en las elecciones pasadas inundó la ciudad de vallas en las que se anunciaba el libro en el que contaba los pormenores de su secuestro. Parece que al libro le fue muy bien en ventas, pero políticamente la jugada no resultó porque Sigifredo, quien ha reemplazado a Roy Barreras en el rol de candidato eterno, no fue favorecido por el electorado.De todas formas rechazo de forma enérgica esas versiones y celebro que este par de personajes hayan optado por la literatura, porque por muy ladrilludas que resulten sus obras, siempre será mejor leerlos que votar por ellos.

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