El pais
SUSCRÍBETE

Consensos con sesos

El santanderismo, una vez más, se volvió a imponer sobre el...

8 de octubre de 2010 Por: Diego Martínez Lloreda

El santanderismo, una vez más, se volvió a imponer sobre el sentido común. El sentido común dictaba que lo aconsejable era ahorrarle al Valle el desgaste que implica hacer unas elecciones para elegir a un gobernador que estará en el poder menos de un año.Pero los conceptos jurídicos de unos abogados, respaldados con inusitada vehemencia por el Ministro del Interior, y que iban en contravía de las opiniones de otros abogados, determinaron que el próximo 23 de enero los vallecaucanos deberemos acudir a las urnas a elegir al jefe de esa administración efímera. Y está ocurriendo lo previsible: muy pocos quieren medírsele a ser candidato para un mandato tan corto. Ante este panorama, ha surgido la iniciativa de gestar una candidatura de consenso. Los más interesados en este tipo de aspiración son los gamonales políticos, que no quieren gastarse los recursos y las energías, que tienen reservados para los comicios de octubre, en una elección para un mandato tan corto y con tan poca posibilidad de ‘retorno’.En lo particular, este tipo de consensos me parecen antidemocráticos. Lo ideal es que haya muchas opciones para que los votantes puedan escoger la mejor, en lugar de hacerle conejo a la democracia y elegir al gobernador a punta de acuerdos políticos. Pero siendo realista, muchas opciones no van a haber. Entonces va a tocar pegarse al cuento del consenso. Consenso que no puede ser con todo el mundo. Porque una cosa es hacer una alianza para sumar fuerzas y otra cosa es prestarse para legitimar una candidatura de dudosa reputación. Que es lo que puede ocurrir si pretenden lograr un acuerdo alrededor de Víctor Julio González. Las opiniones sobre este personaje están divididas. Unos afirman que hizo magnífica gestión en la Sociedad Portuaria de Buenaventura. Y otros aseguran que la gestión no fue tan buena y que salió por la puerta de atrás por un enredo con unos recursos de la Fundación que esa entidad tiene. La verdad, no tengo información suficiente para alinearme en ninguno de esos bandos. Lo que además es irrelevante porque lo que preocupa de esa candidatura no es quién está al frente sino quiénes están detrás de ella: los inefables Juan Carlos.Ellos están apalancando esa candidatura no para darle al Valle un buen gobernador, sino para llevar a ese puesto a alguien que tape las embarradas que hizo Abadía y les mantenga -y de ser posible les incremente- el asfixiante control que su grupo político ejerce sobre las entidades oficiales de la región. El consenso hay que construirlo pero en contra de esa candidatura. Lo que me preocupa es que desde ya se escuchen voces que afirman que frente al poder que tiene ese grupo no hay nada qué hacer. Me aterra ese conformismo mediocre. Los vallecaucanos no podemos declararnos derrotados sin dar la pelea. Busquemos un candidato decente y apoyémoslo con decisión. Que si al final perdemos, al menos habremos notificado a quienes se creen dueños del departamento de que aquí hay mucha gente que no está dispuesta a permitir que sigan expoleando en favor de sus intereses politiqueros, lo que es de todos los vallecaucanos.Moraleja: metámosle sesos a los consensos que queremos lograr.

AHORA EN Diego Martinez Lloreda