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Alcalde abeja

Bandera en mano, el pasado miércoles, Jorge Iván Ospina decidió tomar posesión del lote que ocupaba el antiguo club San Fernando, ¡Predio que ya está en manos de la Alcaldía hace dos años!

23 de enero de 2020 Por: Diego Martínez Lloreda

Bandera en mano, el pasado miércoles, Jorge Iván Ospina decidió tomar posesión del lote que ocupaba el antiguo club San Fernando, ¡Predio que ya está en manos de la Alcaldía hace dos años!

El insólito acto de ‘retoma’ tuvo como propósito llamar la atención sobre la inminente venta del lote, que fue confiscado al narcotráfico, por parte de la Sociedad de Activos Especiales.

El Alcalde quiere evitar que ese emblemático predio termine siendo un conjunto de apartamentos o un centro comercial. Lo que pretende Ospina es que ese sitio no sea para el disfrute de unos cuantos particulares sino de todos los caleños. Ospina busca desarrollar allí “un proyecto urbanístico en función de un parque tecnológico, un parque científico, museo interactivo, para el disfrute de todos los caleños”. Mejor dicho, el fin de Ospina es loable y es lo que le toca hacer como Alcalde.

Lo que está pésimo es el método que escogió para tratar de frenar la venta. Muy en su estilo histriónico, el mismo que lo llevó a hacer una absurda huelga de hambre en plena campaña para protestar por la decisión de un juez, Ospina decidió montar un show.

Y entonces convocó a toda la prensa de la ciudad para que fuera testigo de su ‘heroico’ intento de frenar la venta del lote. Intento que terminó de la forma más ridícula posible cuando un enjambre de abejas atacó al Libertador del lote del San Fernando.

De pronto semejante show, el de Ospina no el de las abejas, sirvió para disuadir a la persona que, según la SAE, estaba interesada en adquirir el predio, porque a nadie le gusta comprar un lío.

Pero el Alcalde, en su acaloramiento, no se percató de que sentó un pésimo precedente al invadir un predio ajeno. Mejor dicho, Ospina actuó igual como lo hacen las mafias de invasores que han tugurizado los cerros de la ciudad. Con lo cual, seguro sin querer, el Alcalde alentó uno de los mayores problemas que tiene esta ciudad.

En lugar de montar semejante show, lo que debe hacer Ospina es recurrir al diálogo o a las vías legales. Recursos hay muchos, comenzando por la tutela. Un gobernante serio debe actuar a ese nivel, siempre apegado a la ley.

Entre otras cosas, da la impresión que la gente de la SAE, que sí ha actuado ajustada a la ley, tiene toda la disposición de buscar una salida al problema. Por eso tampoco es muy inteligente que Ospina se ponga a pelear con esa entidad, que tiene el sartén por el mango, haciendo insinuaciones como que los funcionarios de la SAE, “tienen interés de vender muy rápido, seguramente hasta muy barato”.

Resulta que ninguna de esas cosas son ciertas. Porque este proceso viene andando desde marzo del año pasado, cuando se puso en venta el lote. Y me parece que el precio base de $30.000 millones tampoco es una bicoca. Que en este tiempo el Municipio no haya mostrado interés por adquirir el lote no es culpa de la SAE.

Ayer quedó más claro que el show de Ospina sobraba y que lo que tocaba era sentarse con la gente de la SAE, como efectivamente ocurrió, a ver qué solución se le puede dar a este entuerto. En la reunión se acordó postergar la venta hasta el 29 de febrero, lo que dejaría margen para que el Concejo declare el lote de utilidad pública y así facilitar que el municipio lo adquiera.

Moraleja: ojalá Ospina se percate de que esto no se soluciona a punta de shows sino hablando. Pueda ser que por este camino logre materializar su legítimo sueño de lograr que ese predio puedan disfrutarlo todos los caleños.

Sigue en Twitter @dimartillo

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