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Cuando dos amigos se van 115461

Fallecieron el pasado fin de semana. Aunque muy distintos en su forma,...

17 de marzo de 2020 Por:

Fallecieron el pasado fin de semana. Aunque muy distintos en su forma, ambos tenían ribetes de locura lo cual los hacía más agradables e interesantes.Humberto López López, caleño y abogado, se marchó a Medellín a estudiar universidad y allí se quedó. Fue el redactor económico más agudo de la Nación desde su columna de El Colombiano y su página diaria de temas financieros y bursátiles.Fundó la Asociación Colombiana de Periodistas de Turismo, Acopet, de la cual fue presidente en varios periodos, posta que me entregó en alguna oportunidad. Fue quizá el primer y gran relacionista público de Colombia, actividad que ejerció con gran éxito y patrocinó la creación de sendas asociaciones en Colombia y el exterior.Hulolo -así le decíamos- mantuvo por más de 50 años sus cátedras de comunicación y relaciones públicas en varias universidades antioqueñas, siendo además profesor invitado a un sinnúmero de planteles educativos tanto de aquí como de otros países.De El Colombiano pasó a El Mundo, periódico del cual fue socio y continuó allí con sus temas económicos y sus famosos ‘tiros al blanco’. Vivía montado en un avión y era huésped de los mejores hoteles a donde sólo llegaba a dormir.Con una capacidad de trabajo inagotable, despachaba desde los sitios más insólitos: La sala de espera del urólogo, un trancón, una sobremesa, un entierro, donde fuera. Me honró con su amistad por más de 40 años y fungió como comentarista económico del programa Oye Cali. Falta que nos va hacer.Fantasioso e iluso, inventaba romances y noches de amor y lujuria con mujeres famosas. Contaba de un romance con Sandra Bullock y era tal su poder de convicción que muchos (as) se tragaban el cuento, siendo que fue un zanahorio total, cero licor y muy madrugador. Marido y padre amantísimo, su esposa lo aprendió a conocer tanto que no le comía cuento. Sus dos hijos son una pareja de muchachos juiciosos y emprendedores. Amigo de presidentes, políticos y cacaos siempre lo distinguieron y por qué no, le temieron.Para rematar, se nos muere el loco Bejarano que era más cuerdo que cualquiera de nosotros. La primera vez que lo vi fue en el parqueadero de El País dándose trompadas con un colega. Irreverente, iconoclasta, provocador, Álvaro era un ser espléndido, generoso, de un humor a flor de piel y una brillantez impresionante.Quien que es, ha sido o fue no estuvo en La Cueva y luego en su casa del sur en almuerzos y condumios en los que la inteligencia fue siempre el plato fuerte. Desde antes de fallecer, Álvaro ya estaba muriendo aunque dejó para lo último su mente lúcida y su memoria imbatible. Por ello uno conserva de él sólo gratos recuerdos de ese ser excepcional e irrespetuoso. Sus anécdotas y sus frases celebres improvisadas dejaban con la boca abierta a todos sus contertulios.Fueron muchos los momentos al lado de Álvaro Bejarano. Filósofo, cocinero, devorador de libros, poeta y por sobre todo un hombre de vida, conoció a fondo las glorias y miserias de los seres humanos.Lo vi por última vez en Platillos Voladores con su hija que lo acompañaba. A pesar de estar impedido y en una silla de ruedas conservaba su agudeza y simpatía característicos. Nos dijo a Maríacé y a mí que ese era el mejor de todos los restaurantes porque un día se iba a montar en cualquier platillo de esos y se iba a ir “a la p... m...”.Tras antier se fueron José Pardo Llada y Álvaro Burgos. Antier Humberto López López y ayer Álvaro Bejarano. ¿Quiénes seremos los próximos?

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