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Presidente, coja el toro por los cuernos

Se veía venir un descenso en la aprobación del presidente Duque, pero la vertiginosa caída que tuvo sorprendió a muchos.

23 de diciembre de 2018 Por: Claudia Blum

Se veía venir un descenso en la aprobación del presidente Duque, pero la vertiginosa caída que tuvo sorprendió a muchos. Cortar la mermelada de raíz y dejar de buenas a primeras el pan sin el apetecido dulce de frutas ha sido costoso para el Gobierno. Su decisión de acabar con favores, puestos y prebendas, le ha generado una avalancha de críticas –en su mayoría injustas– a las iniciativas presentadas al Congreso.

A pesar de los resultados de Gallup, no se desanime Presidente. No ceda en su propósito de tener una relación de alto nivel con el Legislativo. Su modelo de gobierno es una conquista trascendental contra el tormento de la corrupción y la opinión pública sabrá reconocerlo.

Usted está acostumbrado a lograr metas y no puede rendirse ante los exiguos resultados legislativos de estos primeros meses. Si la Ley de Financiamiento salió debilitada por falta de pedagogía, y eso castigó su imagen con un 64 % de disconformidad, es ahora vital su firme decisión de enfrentar el déficit presupuestal controlando el gasto burocrático y de funcionamiento del Estado, tan desmesurado en los últimos años. Si la Reforma Política se salvó, preocupa que esta quedó sin dientes, y tendrá usted el reto de revivir las listas cerradas y de excluir el insólito y desconcertante poder que se otorgaría a los legisladores de asignar el 20 % de la inversión regional; de lo contrario, se perpetuarían desde la Constitución las microempresas electorales y la funesta mermelada. Así mismo, como el intento número 10 para reformar la Justicia fue sepultado, se hace apremiante que convoque respaldo público a sus iniciativas para transformar el manejo de las Cortes y recuperar la legitimidad y eficacia de esa rama, así ello implique una Constituyente.

Presidente, usted sabe ejercer liderazgo y eso es lo que demandamos quienes lo apoyamos. Es cierto que leyes hay por doquier y que muchas están en el papel, pero hay cuestiones de choque que hay que atender y reformas que deben salir adelante en el Congreso. Por eso, sin renunciar a extirpar las indignantes prácticas del pasado, es imprescindible un cambio en la forma de abordar a esa Corporación.

Ha llegado el momento de que, sin rodeos, tome usted el toro por los cuernos y se aproxime al Legislativo en forma ingeniosa y eficaz. Usted sabe cómo funciona la clase política. Use su experiencia y talante, y cambie la mermelada por la dialéctica, ese arte del diálogo y de la discusión razonada que a usted tanto le gusta. Ejérzala en reuniones permanentes en Palacio, vinculando a los parlamentarios para que apadrinen sus propuestas y sean partícipes de sus iniciativas, y no convidados de piedra que se llaman cuando las decisiones están tomadas. Respalde estas pláticas con pedagogía a través de los medios de comunicación. Con los objetivos y las prioridades claras será posible lograr los consensos con los grupos políticos cercanos y con el apoyo de la opinión.

Con el nuevo año vienen vientos frescos. Esta administración ha planteado el desafío reconfortante de volver a tener una democracia normal, donde el presidente no compra al Congreso. Los tiempos de reflexión deben servir para encarrilar a Colombia hacia la equidad, legalidad, emprendimiento y desarrollo. Retome, Presidente, todas sus propuestas de campaña y trate de desarrollarlas sin concesiones para restablecer la credibilidad perdida. Defienda su norte, que lo que está en juego es Colombia.