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Cerrar filas

Para que exista movilidad es necesaria la formalización, vista no como requisito de legalidad, sino como una palanca de crecimiento.

23 de noviembre de 2024 Por: Julián Domínguez Rivera
Julián Domínguez Rivera
Julián Domínguez Rivera | Foto: El País.

En los últimos días, participé en un importante foro organizado por la Contraloría General de la República sobre los retos de los micronegocios en Colombia. Dialogamos sobre la necesidad de cerrar filas para apoyarlos, para que cuenten con las condiciones necesarias que les permita crecer y perdurar.

Analizamos los resultados de la Encuesta de Micronegocios del Dane, que señala que en 2023 el país contaba con cerca de 5,2 millones de micronegocios. De estos, el 30 % se ubicaban en áreas rurales y centros poblados dispersos. Al contrastar con las cifras del Registro Único Empresarial y Social de las Cámaras de Comercio, 1.450.000 de estos micronegocios tienen potencial de formalización y crecimiento, ya que operan hace más de tres años y cuentan con un espacio físico.

Actualmente, 1.600.000 microempresas han avanzado en su proceso de formalización y cuentan con RUT y Registro Mercantil, lo que representa el 92 % de la base empresarial formal del país. Los micronegocios ocupan 2,8 millones de personas, lo que constituye el 32 % del empleo en Colombia. Entender que empresas sólidas, sin importar su tamaño, son el mejor ascensor social, es vital para Colombia. Por ello, desde Confecámaras hemos insistido en el concepto de movilidad, entendido como la capacidad que tienen las empresas de superar su tamaño.

Para que exista movilidad es necesaria la formalización, vista no como requisito de legalidad, sino como una palanca de crecimiento. No todas las empresas pueden formalizarse en etapa temprana, pero debe existir un ecosistema que apoye su permanencia.

El reto al que nos enfrentamos con los micronegocios es garantizar que cuenten con condiciones que les permitan acceder a fuentes formales de financiación, desarrollar habilidades como formar su capital humano y mecanismos para acceder a nuevos mercados locales.

La Red de Cámaras de Comercio, con el apoyo de Confecámaras, está haciendo un trabajo excepcional con los negocios de baja escala a través del programa Alístate y Transforma-T para Crecer, el cual fortalece sus capacidades organizativas, comerciales, digitales y financieras, para promover su crecimiento sostenible y su perdurabilidad en el tiempo.

Un aspecto cardinal para la movilidad empresarial es el acceso al crédito, para lo cual el sistema de Garantías Mobiliarias que compila Confecámaras sobre las garantías que se dan sobre bienes muebles ha beneficiado desde su inicio a más de 300 mil empresas, de las cuales el 90 % son microempresas. Es un impacto relevante porque el sistema financiero le está diciendo a esos empresarios que confía en ellos, que pueden acceder a financiación competitiva para consolidar su sueño de crear empresa, garantizando el pago de sus obligaciones con bienes muebles.

Este instrumento pone a disposición de los empresarios un abanico amplio de posibilidades que va desde los vehículos, la más popular, hasta licencias, derechos económicos de contratos, maquinaria y equipos, acciones, inventarios, entre otros, que han servido para romper las barreras de acceso al financiamiento.

Adoptar medidas que les permitan a los micronegocios crecer es una prioridad. Por ello, la articulación de los sectores público y privado es fundamental. Diseñar y poner en marcha políticas públicas que faciliten a los negocios de baja escala fortalecerse, emprender el camino de la formalidad y ser más visibles en el mercado es una tarea en la que no podemos desfallecer.

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