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Ubeimar, ¿a la Gobernación?

1. Lección aprendida. Ahora nos cuestan más de $30.000 millones unas nuevas...

16 de mayo de 2012 Por: Carlos Mejía Gómez

1. Lección aprendida. Ahora nos cuestan más de $30.000 millones unas nuevas elecciones que reparen los errores cometidos en octubre pasado. Se aprendió, por fin y ojalá para siempre, que había que unir fuerzas para lograr una sola candidatura a la Gobernación. La primera condición consistía, ¡vaya reto!, en olvidarse de la filiación política de los ocho candidatos. Esto no había ocurrido ni en los tiempos de mayores consensos.2. Experiencia exitosa. La gente suele unirse ante el temor o la esperanza. En este caso existía miedo a seguir con gobernaciones breves y conflictuadas y esperanza de que las aguas políticas tornaran a niveles serenos.Se nos dijo que a los candidatos les calificarían aspectos como: programa de gobierno; trayectoria de servicio público y trabajo con las comunidades; conocimiento de la región, de sus aspiraciones y necesidades; condiciones y habilidades políticas, personales y profesionales; nivel de conocimiento y reconocimiento públicos; antecedentes de éxitos electorales; ausencia de sindicaciones en lo fiscal, lo disciplinario y lo penal. Habiendo muy buenos precandidatos, estas condiciones daban por seguro quién sería el escogido. Pero había dos elementos implícitos que también contarían a su favor: el candidato debería exhibir un potencial electoral que garantizara el triunfo el 1 de julio y una consolidación de su pasado, presente y futuro políticos, para sí y para su partido, que no lo llevaran a enloquecerse por asegurar unos votos de más desde el gobierno. 3. Logros meritorios. A Ubeimar Delgado lo conocí cuando dio sus pasos iniciales y subsiguientes, al lado del grupo que formamos con Rodrigo Lloreda, de donde nunca se ha movido. Inició de cero en su pueblo y en su barrio y desarrolló labor social en pequeño y luego en grande hasta forjar la única organización político-social sólida y permanente que existe en el Valle y que ya cumple 40 años, nunca interrumpidos. Esto lo llevó, escalón tras escalón, a escenarios tan altos como la Vicepresidencia del Senado. Por supuesto, aprendió el oficio político (que muchos detestan y del que muchos hoy recelamos) y en semanas recientes obtuvo el apoyo unánime del Directorio Conservador del Valle y luego el aún más esquivo del Directorio Nacional. Y no tiene precedentes el que fuera escogido para la Gobernación del Valle candidato único y unánime de los siete partidos políticos que integran la gobiernista Mesa de Unidad Nacional.4. Será el Gobernador. Si en octubre voté por Ubeimar, lo haré también el 1 de julio y esta vez sí creo que será elegido. Se comprometió con quienes lo ungieron como candidato y con los vallecaucanos a: a) recuperar la gobernabilidad, la paz y la cordialidad política; b) estimular la confianza en la región y en relación con lo público; c) fomentar el desarrollo, con énfasis social, de la mano de las fuerzas vivas, líderes y organizaciones de la comarca; d) ejercitar y exigir transparencia sin concesiones; e) estimular el desarrollo de la región pacífica y a organizar los mejores proyectos con los recursos de las regalías; f) rodearse de muy buenos elementos en lo ético y en lo administrativo; g) organizar la casa de modo que recuperemos la perdida categoría especial para el Departamento, organicemos sus finanzas desequilibradas y sepamos defender jurídicamente el ente territorial. Si así lo hiciere, que se lo premie la opinión o, si no, que se lo demande.5. Hasta el último voto. En términos pragmáticos, el candidato debe aproximarse a la academia y a la dirigencia cívica, evitar que queden cabos sueltos en su partido y en relación con colectividades como el liberalismo que estuvo a punto de ganar las pasadas elecciones. Así sea.