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Petro-logía y más

1. Ciudad petrosa. Era de esperarse. Si uno viene de venenosos...

21 de marzo de 2012 Por: Carlos Mejía Gómez

1. Ciudad petrosa. Era de esperarse. Si uno viene de venenosos arcanos contestatarios, es posible que pueda llegar a ser popular, a ser elegido congresista, por ejemplo. Es incluso saludable que en el parlamento haya personas de la oposición, aún de la oposición a todo lo que suene a establecimiento, a gobierno, a sistema establecido. El error popular puede consistir en creer, en un momento de efervescencia y calor, que una persona popular, pueda ser buen gobernante. Para gobernar bien se requieren experiencia y preparación ya que se trata, quizás, del oficio más delicado y complejo de cuantos se conocen a través de los tiempos. En la contienda bogotana se presentaron buenos candidatos que serían malos gobernantes (Petro) y candidatos menos populares que hubieran sido muy buenos gobernantes (Peñalosa y Parody). Bogotá no debe ser la escuela para aprender a gobernar. Y, tampoco, para vivir una mágica transmutación: de arrojar piedras conceptuales contra las autoridades (petro-logía) y de exhibir tantísimas piedras internas (un carácter petroso) pasar a ser la autoridad toral y el dios del amor.Esas contradicciones en las personas y en los pueblos se pagan y se pagan caro. Lucho, primero y después, ¡Dios!, Moreno. Llevamos menos de tres meses y a muchos nos da la impresión de que el Alcalde de Bogotá todavía no asimila lo que le ocurrió en las elecciones. La propia capital tampoco. ‘Ganamos’: ¿Qué, quién, para qué? Afortunadamente sólo faltan casi cuatro años para averiguarlo.2. Ciudad inmóvil. Será una buena opción vivir en Bogotá si logran convertirla en una ciudad inmóvil, de regreso a la edad de piedra (de Petro): la dicha de caminar, de andar en bicicleta, todo aire, luz y color. Y, tanto más, de disfrutar las anárquicas delicias del amor. Esto me recuerda (Semana.com) el caso de la ciudad italiana de Falciano del Massico donde no existe cementerio ni recursos para construir uno. Por ello, el Alcalde dictó un decreto que prohibe fallecer en el lugar. Vámonos para allá. O, en subsidio, para la nueva Bogotá.3. Periodismo policial. Esperanzador el propósito del nuevo Director del Noticiero Caracol de Televisión: se tratará con respeto y amabilidad al televidente. Hay por allí un noticiero que me gusta mucho porque ofrece información e incluso algo de análisis breve en relación con temas sobresalientes. Pero hay otros que, lejos de todo trabajo periodístico, se limitan, en buena medida, a transmitir notas policiales: el padre que mata hijos, la madre que abandona el bebé, las puñaladas traperas, el accidente al precipicio, las sacadas de ojos, los atracos y los cosquilleos. Como si en este país del Sagrado Corazón de Jesús no sucediera nada más, ni nada bueno, ni nada edificante.4. Y los realities. Serían magníficos si comenzaran por el final para evitarnos tanto bodrio y para poder disfrutar, en tiempo más breve, los talentos de verdad, que los hay los hay. Pero que no observamos en las fastidiosas ‘diva-gaciones’ de alguna ‘diva’. Bien por Martínez, Luz Amparo y la Palma Linda. Y bien por la Azcárate, Paola y Manolo, cada quien en su estilo. Malos: los griticos y las repeticiones de ‘Canzadilla’ y las innecesarias asomadas de cámara del señor Rodríguez.