Izquierda, derecha, centro

Abril 10, 2018 - 11:35 p. m. 2018-04-10 Por: Carlos Mejía Gómez

El tema. Fue el primero en tratar el tema: Carl Schmitt, pensador, geopolítico, jurista, político alemán. Su fuerte: el realismo político y la teoría del orden jurídico. El se inventó los términos derecha e izquierda pero para él nada significan. Lo estudié cuando escribí mi libro ‘Teoría de la Constitución’. Conclusión: nada significan izquierda o derecha. Por una simple razón: en sí mismas no son nada y, además, nadie sabe dónde comienza la una y donde termina la otra (la izquierda y la derecha).

Traigo esto a cuento dado que todo el mundo habla en esta campaña presidencial de izquierda y de derecha. Y ubican allí a unos y a otros. Arbitrariamente.

En la parroquia, coloquialmente, damos por derechistas a los conservadores y por ultraderechistas a los amigos del fascismo. Y decimos que son izquierdistas los ‘progresistas’ y ultra izquierdistas los mamertos, los marxistas-leninistas y, más recientemente, aquí entre nos, los petro-castro-chavistas. Pero nada de fondo. Por ejemplo, a Uribe, a Duque, a Vargas Lleras los tildan de derechistas porque no comulgan en todo con al acuerdo de paz. Hasta los tildan de guerreristas. Y llaman izquierdista a Petro, quien no sabe dónde ubicarse. Y buscan autodenominarse izquierdistas los que se dicen ‘progresistas’ sin saber qué quieren decir con ello.

Centro. Pero ahora le huyen a la izquierda y a la derecha los que no quieren ser tildados como extremistas. Los que dicen no están ‘polarizando’ la nación. Como no saben cuáles son los ‘polos’ se refugian en lo que llaman el ‘centro’. Pero ¿dónde terminan la izquierda y la derecha y dónde comienza el centro? Todos buscan la bendición pública definiéndose ‘de centro’. Pero el centro tampoco existe. Es algo como un círculo donde se dan vueltas y revueltas en giros sin fin.

Más despistados aún los que se llaman de centro-derecha y de centro-izquierda.

Los ‘dueños’ del centro. Algunos ‘sabios’ en politología afirman que el centro está vacío y que deben llenarlo Fajardo y De la Calle. Y agregan que allí hay un filón de ocho millones de posibles votos. Pero agregan cosas. Afirman que de allí surgirá el próximo presidente de Colombia. Como si esos supuestos ocho millones estuvieran unidos, como si todos fueran a votar y como si todos ellos estuvieran de acuerdo en todo y en votar por un mismo personaje. ¿Quién logrará unificar ese dichoso limbo? Los genios dicen algo así: si se unen todos los que no están con Duque ni con Vargas tienen el cielo en sus manos. Pero únalos. ¿Quién puede lograr que renuncien a sus aspiraciones Petro, Fajardo, De la Calle y los más pequeños? Insisten en que allí hay millones de votos. ¿Y a favor de quién renunciarían? Por supuesto, hablamos de la primera ronda.
Claro que en la segunda y definitiva vuelta todo puede suceder: de hecho allí se formarán dos grandes bloques. Pero eso será cuando se hayan perfilado sólo dos candidatos.

El desenlace. Si Duque no gana en la primera ronda tendrá que alternar con Petro u ojalá con Vargas Lleras o Fajardo. ¿Será que regresan al cuento de izquierda y derecha? Eso sí, sin rastros de centro.
Pero a lo que voy es a que ni derecha, ni izquierda ni centro tienen identidad, con nombre y apellido. Sólo les queda el apodo.

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