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Señalé hace varias semanas el ‘choque’ entre las ambiciones constructivas del Alcalde...

4 de septiembre de 2016 Por: Carlos Lleras de la Fuente

Señalé hace varias semanas el ‘choque’ entre las ambiciones constructivas del Alcalde de Bogotá y las recomendaciones del profesor Tomás van der Hammen y la creación de la reserva en el norte de Bogotá, que es una realidad hace varios años.Sin embargo, posteriormente queda en el aire la juridicidad de la reserva, pues esa iniciativa no cuajó en vida del profesor sino poco años después de su muerte y fue de la CAR de Cundinamarca, aun cuando la misma entidad tiene dudas sobre la legalidad y su cumplimiento de los requisitos para ello.En el curso de la lectura de las memorias, que llevan el título de ‘Una vida vivida’, fui tomando nota de las de las aclaraciones que Van der Hammen hizo de aquella iniciativa. La primera alusión aparece en la página 140 y es más ambiciosa: “También quisiera proponer la creación de una asociación nacional particular para la protección de la naturaleza que con independencia del Inderena pero colaborando extremadamente con éste podría tener grupos de acción en los departamentos y municipios y que tendría como tarea más importante conseguir en propiedad terrenos en toda la República con fondos particulares y subsidios del gobierno”.La propuesta más cercana a la “creación de una reserva” es la creación de un Parque Nacional de la Sabana de Bogotá consistente en la siembra de árboles y otro tipo de vegetación natural en distintas partes del área donde existen todavía, pero que corren gran peligro de desaparecer bajo la presión de una población creciente y la de una urbanización discriminada”.Casi sobra calificar de ilusoria la propuesta de Van der Hammen pues, ‘conociendo mi gente’, vería el proponente una huida desordenada de los terratenientes y urbanizadores de La Sabana, no sólo por el hecho de crear la reserva, sino de verse obligados a aportar algo de dinero para un proyecto que sólo era de interés común.Sin embargo, como buen naturalista, presentó su idea en 1999 (pág. 172): “En el plan de Bogotá […] se proponía construir ciudades sobre gran parte de los territorios aún verdes del norte de la ciudad [con lo cual] se formaría un área construida continua con los municipios de los alrededores como Cota y Chía y sería el comienzo de una urbanización insaciable sobre toda La Sabana. Además, en ese sector norte verde existen todavía importantes valores ambientales y naturales: los bosques de los cerros orientales, los humedales de Torca – Guaymaral, las colinas boscosas de la Conejera (Suba), el pantano (humedal) de la Conejera, el último resto de bosque natural de la altiplanicie (la maleza de Suba) y el valle del Río Bogotá”.Veía el profesor lo que llamó “largo corredor boscoso” para poder mantener la vegetación que, separada cada pequeña extensión de terreno, no podía sostenerse: Van der Hammen dictó una erudita conferencia en Cali y otra en Villa de Leyva, de las cuales se desprendió un hermoso panorama ecológico pero desde ese entonces había un enfrentamiento entre el municipio de Bogotá y la utopía Van der Hammen (pág. 175).En el año 2004, al cumplir sus 80 años, continuó librando su imposible batalla en pro de los recursos naturales renovables y de la población (pág. 181): “[…] un pobre no se puede permitir pensar en las consecuencias de sus actos ya que prevalece el darle de comer a su familia el día de hoy y mañana para no morir de hambre. El otro aspecto es la riqueza irresponsable, cuyo interés principal es que el dinero produzca más dinero.” Agrega el ejemplo de los grandes cultivos de papa en los páramos y cómo la combinación de riqueza y pobreza ha engendrado los nefastos ‘narco’ cultivos.¡Hay tanto más que decir! Pero el espacio no me permite hacerlo. Sí quiero recomendar al Ministro del Ambiente y a las corporaciones regionales (todas ellas ineficientes y, en ocasiones, corruptas) que lean, obviamente por primera vez, estos maravillosos textos.Debo explicar que quise terminar el comentario sobre Van der Hammen y su libro sin haberme ocupado de la frase que el gobierno redactó tramposamente, con lo cual está pidiendo votar ‘Sí’ a quienes la tenemos atravesada en la garganta.