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La década perdida de la UE

Hace dos semanas escribí una nota sobre la crisis europea con énfasis...

5 de agosto de 2012 Por: Carlos Lleras de la Fuente

Hace dos semanas escribí una nota sobre la crisis europea con énfasis en la del euro, y achaqué buena parte de la culpa al hecho de haber enterrado el gran proyecto del equipo liderado por el expresidente de Francia, Giscard d'Estaing.Hoy vuelvo sobre el tema porque es bueno analizar con alguna perspectiva los errores de economistas, financistas y políticos, errores que se pagan caro tarde o temprano.Latinoamérica, con excepción de Colombia, tuvo su década perdida entre 1980 y 1990; Europa está atravesando la suya después de una década de no haber aprobado la nueva Constitución.En efecto, hoy nos ocuparemos del título III, ‘Las Competencias de la Unión’, que de haber regido hubiera servido a las instituciones de Bruselas para frenar las trampas que casi todos los gobiernos hicieron a las normas vigentes; hoy en día, como el infiel pescado ‘in fraganti’, todos se sorprenden al ‘descubrir’ el abismo en el cual cayó el sistema financiero, el inexplicable endeudamiento público y privado y otros fenómenos, nocivos todos.Las competencias de la Unión pueden ser exclusivas, caso en el cual sólo las autoridades de Bruselas pueden legislar sobre ellas o compartidas y Bruselas debe acordar las medidas con los correspondientes gobiernos.La pregunta surge de inmediato: ¿La Unión descuidó sus obligaciones de vigilar y controlar los desvíos de sus miembros? ¿Los miembros no atendieron las normas de Bruselas y, a conciencia, las burlaron? ¿Los países dieron falsas informaciones a la Unión, la engañaron? Pienso que todas esas hipótesis son válidas pero las autoridades de Bruselas parecen haber preferido no profundizar en las actuales circunstancias. ¿Alemania conoce la respuesta? Apuesto a que sí y por ello ejerce su claro liderazgo.El artículo 1-13 sobre competencia exclusiva señala las materias objeto de ellas; citemos las que nos interesan directamente: c) La política monetaria de los países del Euro; e) La política comercial común. ¿Quién devaluó a escondidas, gota a gota? ¿Quién dejó revaluar su moneda? ¿Quién se endeudó más allá de su real capacidad? ¿Quién no vigiló el sector financiero en cuanto a su solvencia (Basilea I y II) o su cartera?La Unión también puede ejercer su competencia exclusiva para concluir un acuerdo internacional prescrito en la legislación comunitaria o cuando ella es necesaria o cuando tal ejercicio puede afectar las normas comunes o su alcance. Parece que por ahí andamos aun cuando sería posible que Alemania hubiese suplantado con buenas razones a las autoridades de la Unión. La actual situación nos recuerda las invasiones de los bárbaros germanos a Italia, Francia y España, en la antigüedad y la edad media, y la lucha por la permanencia del Sacro Imperio sobre aquel mundo greco-romano. ¿Disipación contra disciplina, trampas contra respeto de la ley y orden germánico contra laxitud latina? ¿Cuál respuesta nos puede recordar a Hitler?El artículo 1-5 sobre coordinación de las políticas económicas y del empleo, nos hace sonreír pues la descoordinación es la base de la crisis. El Consejo de Ministros no se ocupó de la coordinación de las políticas de los países del Euro y la Unión no hizo nada para evitar la crisis del empleo por falta de políticas al respecto y por inacción, en general.Tampoco el Consejo de Ministros, previa consulta con el Parlamento Europeo, tomó medidas oportunas para evitar la crisis detectada tarde por la Comisión Europea, la cual hubiese podido buscar los objetivos que señala el artículo 1-15 sobre competencias de la Unión, especialmente cuando la Unión debe intervenir siempre que los objetivos buscados no puedan conseguirse individualmente por los países pero sí, eventualmente, a nivel de la Unión. Este, sin duda, es el caso actual.