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Sobre el Andén Pacífico

A mí me ha alegrado muchísimo la más reciente columna de Benjamín...

8 de julio de 2011 Por: Carlos Jiménez

A mí me ha alegrado muchísimo la más reciente columna de Benjamín Barney por lo que supone de desafío a esa mentalidad de inspector de policía, implantada entre nosotros por Rafael Núñez y la Constitución de 1886, que reducía el papel de alcaldes y de gobernadores al de simples correas de transmisión de la voluntad y los deseos de la Presidencia de la República. Barney, por el contrario, asume plenamente la Constitución de 1991, en la que los alcaldes y gobernadores son legítimos representantes políticos de la ciudadanía que los elige y que por esta razón tienen el peso y la autoridad suficientes para defender ante la Presidencia y el Congreso los planes y los proyectos que -a su juicio- satisfacen las necesidades inmediatas y las expectativas a largo plazo de sus gobernados, y que tanto la una como el otro deben tomar seriamente en cuenta cuando dictan leyes y definen y adoptan estrategias y políticas de alcance nacional. Digámoslo de una sola vez: Colombia no es sólo Bogotá, aunque muchos tecnócratas atrapados por su propia jerga así lo crean.De allí que lo que hace Barney en su columna sea exponer las que él considera deberían ser líneas maestras de acción política de los futuros alcalde de Cali y gobernador del Valle. Y que los candidatos en juego deberían conocer y debatir, aunque discrepen con ellas, porque son evidentemente el resultado de las reflexiones de un ciudadano muy calificado que se ha distinguido por su preocupación constante por los problemas de Cali y de su región. Anticipo, eso sí, que no estoy de acuerdo con varias de sus propuestas, pero, sobre todo, con lo que a mí me parece crucial que es su valoración del Andén Pacífico. Barney lo menciona, pero pone el énfasis en el valle geográfico del río Cauca y en sus posibilidades y recursos que deberían ser mucho mejor aprovechados de lo que actualmente lo son. Y hasta lo comprendo: al fin y al cabo la historia del Valle ha girado en torno a esta privilegiada región natural. Pero yo pienso que si el valle geográfico representa el pasado y el presente, es en el Andén Pacífico donde está nuestro futuro. No un futuro de cañaduzales e ingenios azucareros, sino de conservación y aprovechamiento de la extraordinaria biodiversidad de la selva tropical húmeda por medio de la investigación científica y la biotecnología. Eso por no mencionar la oportunidad invaluable que nos ofrece de cambiar profundamente nuestra relación con la naturaleza.

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