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El cerebro y la edad

Próximas columnas estarán dedicadas al ejercicio y la dieta, la presente se...

26 de julio de 2015 Por: Carlos E. Climent

Próximas columnas estarán dedicadas al ejercicio y la dieta, la presente se dedica a ciertos hábitos que conviene mantener con disciplina para atenuar el impacto que sobre el cerebro tiene la enfermedad de Alzheimer y otras demencias.No se puede olvidar sin embargo, que la actitud y el carácter negativo de las personas puede ser también una fuente de fallas cognitivas en los adultos mayores, algo que se confirma en el trabajo clínico que muestra como la depresión, el fatalismo, el resentimiento, el miedo y la impotencia debilitan el sistema inmunológico y dejan a las personas en condiciones de inferioridad frente a factores patológicos de toda índole.Estos aspectos tienden a confirmar lo que siempre se ha sospechado: que una vejez relativamente libre de limitaciones es el producto de una vida equilibrada, de hábitos sanos, una dieta adecuada y una práctica de ejercicio cotidiano. Además, los factores mencionados se asocian a un mejor estado cardiovascular y a una menor ocurrencia de hipertensión, cáncer y diabetes.Hall* propone, para fortalecer la memoria en la población de adultos mayores una serie de hábitos a manera de “ejercicios para el cerebro” que pueden posponer el deterioro asociado a los procesos demenciales en personas mayores. Entre más actividades de esas se realicen, mayor es la posibilidad de preservar la memoria. Entre otras se incluyen:- Mantener una libreta a la mano para anotar todos los asuntos cotidianos que tienden a olvidarse.- Hacer ejercicio físico y de relajación diariamente para reducir el estrés.- Mantener una adecuada nutrición e hidratación.- Socializar: Obligarse a visitar amistades o a realizar reuniones sociales. Evitar a toda costa el encierro y el aislamiento. Mantenerse vinculado a uno o varios grupos sociales o de amigos.- Practicar la conversación con personas de distintas edades.- Realizar ejercicios para fortalecer la memoria. Buscar ayuda preventiva en las instituciones especializadas en la preservación de la memoria.- Leer y discutir lo leído.- Escribir.- Escuchar más música clásica y ver menos televisión.- Aprender otro idioma.- Realizar actividades artísticas o tocar algún instrumento.- Participar en juegos que requieran recordar palabras nuevas.- Resolver crucigramas y armar rompecabezas.- Ver álbumes de fotos y tratar de recordar nombres y circunstancias.- Realizar actividades/labores nuevas, agradables con frecuencia.- Mantenerse ocupado.- Hacer algo por alguien cada día.- Mantener intereses superiores/espirituales/religiosos.Todas las actividades anteriores se consideran en conjunto los componentes básicos de una vida saludable, que realizadas cotidianamente pueden ayudar a mantener un estímulo sobre las células cerebrales, aumentando así las posibilidades de un mejor y más prolongado funcionamiento cerebral.Muchos de estos temas han sido tratados en varias oportunidades en este espacio pero dada su importancia y la inquietud que generan en la población general se seguirá insistiendo sobre ellos.*Hall, C., Neurology, August 2009; 73:356-361.

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