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Instantáneas

Con la llegada del covid y sus respectivas cepas el nuevo año calendario debería ir de marzo a marzo.

3 de enero de 2021 Por: Carlos Duque

Por si las moscas el 31 quemé también el año viejo del 2021.

Mi optimismo es tan imparcial y sensato que desde ya le doy la bienvenida a todo lo que nos habrá de traer el nuevo año, incluido el desprestigio del gobierno.

Para rematar un año de tragedias y dificultades sorprendemos soldados de la Patria robándose las ayudas humanitarias para los damnificados de Providencia. El problema no son las manzanas podridas sino la impunidad de rebaño.

Difícil considerar el 2021 como nuevo año después del 2020, un año que es como esas visitas desagradables que llegan pero no se sabe cuándo se marchan.

Con la llegada del covid y sus respectivas cepas el nuevo año calendario debería ir de marzo a marzo.

Más que un salario mínimo lo que se necesita en este país de la informalidad laboral es mínimo un salario.

La educación superior no podrá ser la solución en un país de salario mínimo, donde la informalidad y la ilegalidad son las oportunidades más rentables para el talento de los jóvenes frente a un mercado laboral formal avaro y mezquino.

Siempre habrá un argumento legal o un eufemismo para justificar una bellaquería. Desde el salario mínimo hasta el genocidio.

El Túnel de La Línea es la fórmula perfecta del fracaso: combina los retos de la naturaleza, de la imaginación y la tecnología con la prepotencia, estupidez e ineptitud de un Estado corrupto.

Si en tu certeza no cabe la menor duda no estás preparado para dialogar.

La equivocación es el método esencial por medio del cual el hombre debe adaptarse creativamente a la naturaleza para resolver situaciones adversas en beneficio de ambos.

Y como dice un amigo en su mensaje de Año Nuevo: les mando un abrazo de los de antes.

Sigue en Twitter @_carlosduque

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