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Instantáneas

Vivimos entre la bipolaridad extrema de la emoción y alegría que nos brindan nuestros artistas y deportistas, y la tristeza y zozobra que nos dan los violentos, indolentes y corruptos.

4 de agosto de 2019 Por: Carlos Duque

Vivimos entre la bipolaridad extrema de la emoción y alegría que nos brindan nuestros artistas y deportistas, y la tristeza y zozobra que nos dan los violentos, indolentes y corruptos.

En lugar de colgarle una medalla a nuestro campeón del Tour, el gobierno debería fortalecer la política pública de apoyo y estímulo al deporte para que más jóvenes realicen su sueño y los colombianos tengamos más momentos de unión y felicidad. Sería el mejor reconocimiento a nuestros deportistas.

El gobierno condecora a Egan Bernal al tiempo que recorta 67 mil millones al presupuesto del deporte. Así estrenamos Ministerio del deporte.

Los idiotas puristas de las redes saltaron a protestar y denunciar por una imagen falsa de la torre Eiffel iluminada con los colores de nuestra bandera en homenaje a nuestro campeón del Tour. No entienden que la felicidad no otorga licencias para expresar el orgullo infinito que nos produce Egan Bernal.

No sé qué es lo que más extraordinario de nuestro campeón del Tour: el superdotado montado en su bicicleta o el joven que cuando se baja de ella nos deja ver sus emociones, su alma sencilla, y el amor por su familia y su país.

Sigo sin entender por qué les dicen ‘escarabajos’ a nuestros ciclistas de montaña. ¿Qué tienen que ver los cucarrones con la habilidad de escalar?

“De tanto ahorrar en educación nos hemos hecho ricos en ignorancia”. –Ignacio Mantilla, exrector de la Universidad Nacional.

Incomprensible el gesto del petrismo de sacrificar el voto femenino por cuenta de su obsesión por el metro subterráneo. La tirria a Peñalosa se tragó el discurso nacional de la Colombia Humana.

Ya no les importa el metro subterráneo sino enterrar el metro de Peñalosa.

Fe es creer en la astrología, el horóscopo, el Ideam, el Dane y las encuestas.

Gobernantes, candidatos y candidatas: se comunica con hechos, no con discursos.

Colombia se divide entre los ciudadanos que contestan las encuestas de opinión, los medios que las analizan, y los gobernantes que les vale ‘güevo’ lo que piensa la gente.

Sigue en Twitter @_carlosduque

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